Javier Monagas Maita

¿Como entender las cosas sin un verdadero criterio formado al margen del engaño, la mentira y la manipulación? Si algo ha contribuido a mantener el hipócrita orden establecido en el planeta, es el capitalismo sionista. Orden represor en el cual una minoría ambiciosa, avara, egoísta y sin escrúpulos, ha controlado todas las estructuras de poder bélico y económico pasando inclusive por encima de las más elementales leyes de la naturaleza, como son la preservación de la vida  y la justicia equitativa entre los seres vivos, incluso ese principio de matar solo por la necesidad de vivir, ha sido manipulado por las elites de dominación, para justificar sus horrendos crímenes, no por la necesidad natural de alimentarse, si no por acumular riquezas materiales banales. Son tan sanguinarios que hasta matan por deporte.

Es la permanente lucha entre el bien y el mal. No en el concepto de lo malo por lo malo o lo bueno por lo bueno como tradicionalmente lo vendieron y, para imponer tabúes que contribuyeran al sometimiento por otros canales, es en la aplicación de unas ventajas que desde el punto de vista de la organización social, económica y política (como derivadas), son aplicadas como leyes obligatorias y las presentan hasta de orden divino y destino profético – celestial pero que son en verdad una prisión mental y conductual elaborada intencionalmente, desde la cual se somete a una mayoría a los vaivenes y caprichos de una minoría. A través de la historia, esas fuerzas se denominaron imperios, y en su subyugación intelectual o mental, hicieron que los mismos sometidos fuesen instrumento de sometimiento contra los demás y por lo tanto bases de sus sostenimiento en el poder mediante el engaño de sus victimas – convierten a sus victimas en victimarios a la vez, ejemplo los ejércitos y los mercenarios – .

El sionismo en estos tiempos, es el heredero de todas esas perversidades. Son el motor de las invasiones a otras naciones para despojarlas de sus riquezas, del ataque frontal a otras creencias, el factor de guerra que impone la muerte como forma de negocio lucrativo, el gestor de los crímenes contra sus propios correligionarios, para usarlo luego como bandera de justificación de las abominables violaciones de derechos humanos contra los que no se les someten dócilmente (así nace el famoso holocausto y su utilización para fines inconfesables). Son los que fabrican armas de alto poder destructivo de vidas, pero que a la vez se pretenden censores morales para que otros no las fabriquen, los mismos que despojan a otros pueblos de sus territorios, pero que presentan los invadidos por ellos como sagrados; unas especie de lo mío vale lo tuyo no y la propiedad la definen por la fuerza de las armas- Altos del Golán, Sinaí, Líbano, Jerusalén, Cisjordania, etc. Mediante la compra fraudulenta de inmensas extensiones de tierras, poco a poco se adueñan de la Argentina y sus acuíferos del Guaraní, aplicándoles a los hermanos Mapuches y otros pueblos platenses y Chilenos, la misma estrategia que usaron contra el pueblo palestino

Esa es la hipócrita y falsa realidad que venden al mundo como definitiva, pero que se caracteriza por convertir a las mayorías de los seres humanos y hasta la naturaleza misma, como victima de una minoría criminal y egoísta

No tienen ninguna valoración real por la vida. De hecho son ellos quienes destruyen al planeta, por hacer negocio de cualquier índole. Contaminan las aguas con sus químicos y detergentes fabricados para la venta, sin detenerse un momento a meditar sobre el daño que ocasionan a los mares, matando al plantum y las fuentes de generación de las algas azules que a su vez son generadores de oxigeno para la vida, atacan los bosques de las naciones pobres con sus mortíferas motosierras y agentes químicos; que también es la otra fuente de generación de oxigeno, lo que aunada al hambre forzada en esas naciones por las injusta distribución de las riquezas  y la humillante explotación laboral y casi esclavista, es el principal enemigo de la vida: MENOS OXIGENO = MAS CAPITAL = MENOS VIDA = FIN DE LA HUMANIDAD. Sencilla cadena de consecuencias del capitalismo sionista imperial yanqui.  ¿Quién puede demostrar lo contrario?

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