Página12

 

La empresa Xe Services, antigua Blackwater, dio capacitación militar en Colombia entre abril y mayo de 2005, sin el debido permiso de Estados Unidos y violando los reglamentos sobre el tráfico y la exportación de armas, al menos en 200 ocasiones, de acuerdo con un documento filtrado ayer a la prensa. La antigua Blackwater llegó un acuerdo con el Departamento de Estado mediante el cual se comprometió a pagar una multa de 42 millones de dólares para evitar ir a juicio.

Ese acuerdo, publicado ayer en el diario oficial del gobierno (Federal Register), se centró principalmente en las operaciones de seguridad que la empresa realizó en Irak y Afganistán. Varios medos publicaron ayer el documento de 41 páginas del Departamento de Estado, fechado el pasado 13 de agosto que revela que una de esas violaciones tuvo que ver con la capacitación militar no autorizada que Blackwater dio en Colombia en 2005. Esa capacitación militar sin permiso, según el documento, violó el Reglamento sobre Tráfico Internacional de Armas (ITAR, en inglés). El documento señala que la antigua Blackwater dio “capacitación militar a extranjeros de Colombia” y a filipinos en su país antes de obtener “las autorizaciones requeridas” a través de las llamadas licencias “DSP-5” que otorga el Departamento de Estado.

 

Esos permisos o licencias detallan el tipo y lugar de capacitación que se realiza en el exterior con la venia de Estados Unidos, pero el Departamento de Estado no se enteró de la conexión de Blackwater con Colombia hasta octubre de 2008. “Los colombianos y filipinos recibieron capacitación y fueron desplegados como nacionales de terceros países en respaldo de un contrato con el Departamento de Estado”, indicó la empresa en el documento.

“Cada extranjero colombiano y filipino tuvo que recibir permiso con el nivel de riesgo moderado y fue aprobado por el Departamento de Estado antes de su despliegue, en cumplimiento con el contrato”, agregó la empresa. La empresa explicó que cuando sometió la solicitud para esos permisos, en 2005, “había un malentendido general entre el personal (de Blackwater) de que simplemente someter una solicitud para una licencia bastaba para comenzar la capacitación”, según el documento, que no identifica quiénes o qué grupos recibieron ese entrenamiento en Colombia.