Tim Kirby
Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
Strategic Culture Foundation
Algunas personas bloguean. Henry Kissinger escribe y su visión sobre las consecuencias….
del virus Covid-19 vale la pena analizarla. Kissinger ha sido un importante factor interno para generaciones en la esfera del poder norteamericano, con una voz que refleja cierta perspectiva sobre cosas que van desde lo más profundo del Beltway y que aquellos en el exterior no pueden ver de manera completa o no lo entienden. En todo caso, somos libres de intentarlo. Porque uno de los hombres más sólidamente conectados en el mundo a mediados de sus años noventa ha decidido señalar lo que debería hacerse luego que se calme la situación causada por el coronavirus. Echemos un vistazo a sus palabras y tratemos de entender su contenido.
En general el mensaje del escrito de Kissinger pareciera ser un llamado al status quo pre crisis como plan para el mundo post crisis. Dice él que….
mantener la confianza del público es crucial para la solidaridad social, para las relaciones entre unas y otras sociedades y para la paz y estabilidad internacional.
Las naciones se adhieren y florecen sobre la base de la creencia que sus instituciones pueden prever calamidades, controlar su impacto y restablecer la estabilidad. Cuando la pandemia del Covid-19 haya pasado, las instituciones de muchos países serán percibidas como obviamente fallidas. Si esta apreciación es objetivamente justa resulta irrelevante. La realidad es que el mundo no será nunca más el mismo luego del coronavirus. Discutir ahora sobre el pasado solo hará más dificultoso hacer lo que tiene que hacerse.
Pareciera que aunque Kissinger está de acuerdo con aquellos –como yo mismo—en el sentido que el coronavirus y sus efectos antiglobalización podrían cambiar la situación, donde no estamos de acuerdo es en que el Viejo Henry ve esto como algo verdaderamente terrible. Existe una masiva percepción en el sentido que el status quo anterior era un fracaso. A modo de catálisis sería escoger un camino diferente o por lo menos cuestionarlo.
Hace unos pocos meses, la idea que las fronteras serían cerradas y el desplazamiento humano sería restringido parecía imposible porque seguramente hundiría la economía global. En realidad obviamente nos encontramos en una franca caída económica pero Estados Unidos no se está muriendo de hambre a pesar que el trabajo de los inmigrantes se encuentra entrampado a un lado o al otro de la frontera. Efectivamente, algunos productos todavía llegan baratos desde China pero Estados Unidos en cuarentena está lejos de caer debido a que ya no consigue franelas a dos dólares cada una. Un Orden Mundial Liberal Globalizado que es por lo que Kissinger ha estado trabajando durante casi toda su vida adulta, finalmente tiene un argumento en contra que está siendo arrojado a la cara de las grandes masas y elites de todo el mundo.
Los dirigentes políticos están lidiando con la crisis principalmente sobre una base nacional, pero los efectos disolventes societarios del virus no reconocen fronteras. Mientras que el asalto contra la salud de los humanos sea temporal –esperemos que así sea—el caos político y económico que ha desatado podría prolongarse por generaciones. Ningún país, ni siquiera Estados Unidos, puede sobre la base de un esfuerzo puramente nacional superar al virus. La atención de las necesidades del momento, debe hacerse principalmente con una visión y programa de colaboración global. Si no lo podemos realizar en conjunto, nos veremos enfrentados a lo peor de ambos.
Aunque uno podría opinar que la Globalización nos ha conducido hacia el problema del coronavirus, Kissinger insiste en que solo una enorme y burda dosis de más Globalización sería la respuesta. Además, esto plantea otras preguntas. ¿Exactamente por qué Estados Unidos no puede lidiar con este problema? Desde el descubrimiento de la teoría de los gérmenes de la medicina hasta el fin de la Guerra Fría el mundo no globalizado fue perfectamente capaz de prolongar grandemente la vida humana y desarrollar maravillas médicas que los campesinos de la Edad Media podían solo soñar. Interesantemente, en el párrafo siguiente Kissinger pareciera contradecirse.
Sacando lecciones a partir del Plan Marshall y del Proyecto Manhattan, Estados Unidos se vio obligado a realizar un gran esfuerzo en tres ámbitos. Primeramente, unificar la resistencia global contra las enfermedades infecciosas. Los éxitos de la ciencia médica tales como la vacuna contra la polio y la erradicación de la viruela o la aparición de la maravilla médica técnico estadística del diagnóstico médico a través de la inteligencia artificial, cosas que nos han adormecido y conducido hacia una peligrosa complacencia.
Como a menudo es el caso, cuando la gente se refiere a la comunidad internacional, en realidad quieren decir Occidente/Estados Unidos. Este lenguaje codificado se hace muy visible cuando uno plantea soluciones globales a realizarse unilateralmente por un solo preferido y «excepcional» estado. Tomando como lecciones de historia al Plan Marshall y al Proyecto Manhattan, resulta un tanto irónico el hecho que ambos proyectos beneficiaron solo a intereses norteamericanos a expensas de dos ciudades japonesas y a la actual y multi generacional ocupación de Europa.
Luego de continuar señalando su obvio y razonable segundo punto, que la dirección política de todo el mundo necesita enfocarse en hacer que las economías internacionales se recuperen rápidamente, él se desliza hacia una muy extraña tarea una vez que el coronavirus haya sido superado.
Tercero, salvaguardar los principios del orden liberal mundial. La leyenda fundadora del gobierno moderno como una ciudad amurallada, protegida por poderosos gobernantes a veces despóticos otras veces benevolentes pero siempre lo suficientemente fuertes para proteger al pueblo de un enemigo exterior. Los pensadores de la Ilustración re encuadraron este concepto señalando que el propósito del estado legítimo es asegurar las necesidades básicas del pueblo: seguridad, orden, bienestar económico y justicia. Los individuos por sí mismos no pueden asegurar estas cosas. La pandemia ha producido un anacronismo, una resucitación de la ciudad amurallada en medio de una era en que la prosperidad depende del comercio global y del desplazamiento de los pueblos.
De tal modo que en sus dos primeros puntos Kissinger se refiere a dos diferentes crisis causadas por la Pandemia Covid-19: La necesidad de prepararse internacionalmente para nuevas pandemias con Estados Unidos al timón y la necesidad de restaurar las economías globales. Siguiendo esa lógica, será que eso significa que ¿el mismo «Orden Liberal Mundial Está en Crisis»?
Esta pareciera ser la verdadera razón para que Kissinger decidiera enviar sus opiniones al Wall Street Journal. Pareciera estar muy preocupado que al final de su larga, aventurosa e influyente vida haya sido todo por nada. Como se dijo anteriormente, la plaga está aportando un argumento masivo en sentido contrario a la necesidad de la Globalización, al menos en la manera en que la verían muchos de la Escuela Neo Liberal.
Si yo fuera un apostador, yo apostaría cien dólares a que Kissinger escribió este documento a partir de sus propios temores en que su vida habría sido en vano. Sus palabras son en cierto modo un auto dirigido panegírico y un llamado para que otros salven el orden que él creó. Luego de haber triunfado en la Guerra Fría, haber abierto China y haberse convertido en la pancarta de la Realpolitik diplomática….
que llegó a más del 99,99 por ciento de la población humana son hechos que tienen permanencia.
La Ilustración está de salida, sus últimos creyentes se están poniendo viejos y se habrán ido para siempre en dos generaciones. Sus valores se habrán convertido en un sistema legado de creencias como las iglesias protestantes en la atea Unión Europea.
El mundo no será globalizado en torno a un «papado» Washington DC y pareciera que la visión Multipolar con el tiempo, lentamente triunfará.
El denominado «anacronismo» de Kissinger seguirá creciendo en la medida que la ciudadanía del mundo vea que podemos vivir en un mundo con fronteras y culturas separadas que no giran en torno a Estados Unidos. El Orden Liberal Mundial está siendo desafiado y falla en dar respuestas apropiadas en su defensa.
Kissinger fue un factor fundamental en la construcción de este Orden Liberal Mundial de manera que al final del camino no deberíamos sorprendernos que él aparentemente se lamente de su inevitable derrota. Este sería el verdadero mensaje que está tratando de enviar en la medida que cada mañana se acerca más al infinito.
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