Lo más insólito y paradójico, sin embargo, es la manera cómo las agencias de noticias internacionales reseñaron el hecho, el cual pasó a ser una simple anécdota, según se puede comprobar en el siguiente despacho de la agencia española EFE.
Lo invitamos a leerlo, para que saque sus conclusiones:
«El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, confiscó hoy el teléfono móvil a un periodista, lo que acentuó el aire de lección escolar de las ruedas de prensa diarias de la casa de Gobierno, en las que el portavoz responde con tono de autoridad desde un podio a la prensa.
El portavoz del presidente Barack Obama tuvo hoy una sesión particularmente difícil ante la prensa, al tener que explicar por qué la Casa Blanca había dado un giro de 180 grados en su actitud y había decidido oponerse a la publicación de fotos de maltratos de presos por parte de militares estadounidenses en el exterior.
En un momento dado sonó el teléfono de un periodista, John Gizzi, de la página de Internet Human Events y Gibbs, desde el podio de la sala de prensa le recomendó «poner el teléfono en modo vibrador». «Hombre, ya lo hemos hecho otras veces», le dijo.
El teléfono dejó de sonar pero solo durante unos segundos. Inmediatamente volvió a oírse su melodía.
«Ya está, dámelo. Dámelo», instó el portavoz mientras bajaba del podio con la mano extendida. Gizzi le entregó el aparato sin rechistar, entre las risas del resto de los periodistas.
«La iluminación del sonido distraía al portavoz», declaró Gibbs, que retomó así su respuesta a las preguntas de los reporteros.
La rueda de prensa se reanudó sin incidentes, hasta que medio minuto más tarde sonó otro teléfono móvil, el del periodista de la cadena CBS Bill Plante.
Ni corto ni perezoso, el portavoz volvió a bajar del podio. «¿Tú también?», le preguntó a Plante. «¿Tú también quieres hacerlo? Muy bien, vamos», dijo, mientras extendía la mano para recibir el móvil.
Plante, sin embargo, optó por responder a la llamada. «Gibbs quiere quitarme el teléfono pero creo que no es una buena idea», explicó el periodista a su interlocutor, mientras se levantaba para abandonar la sala. En el portal de Internet de CBS, Plante explicó que la llamada provenía de una de sus fuentes y la estaba esperando.
El resto de la rueda de prensa transcurrió sin incidentes y, una vez acabada, Gibbs devolvió el móvil confiscado. «Tengo un recado para ti. Llamó tu madre», le dijo al propietario (EFE)»
Como cualquier lector puede observar, la descripción minuciosa y trivial del incidente evade totalmente la gravedad de confiscar un celular, nada menos que a un periodista, y, peor aún, obvia totalmente el tema de la prohibición de publicar las imágenes de torturas por parte del ejército de una nación que se dice democrática y defensora de la libertad de prensa.
La nota cumple su misión de distraer la atención hacia un hecho aparentemente sin importancia, minimizando la gravedad de los temas de fondo, al punto que inclusive, en el texto, se refiere a las torturas como «maltratos de presos».
Pero si el «aire de lección escolar de las ruedas de prensa diarias de la casa de Gobierno, en las que el portavoz responde con tono de autoridad», hubiera ocurrido en Venezuela: ¿A cuál organismo internacional hubieran acudido los periodistas agraviados a demandar sus derechos humanos y su libertad de expresión?, ¿Cómo hubiera sido la redacción del «artículo informativo» y cuáles sus calificativos contra Venezuela y su gobierno?