Agencias
Un pronunciamiento de Jair Bolsonaro en cadena nacional de radio y TV en la noche del martes en el que volvió a hablar del coronavirus como una “gripecita” y un “resfriadito”, llamó a terminar con la cuarentena masiva y criticó a los gobernadores que la ordenaron, provocó estruendosos cacerolazos en varias ciudades de Brasil. Informó el Diario Clarín de Argentina.
“Debemos volver a la normalidad, sí. Algunas pocas autoridades estaduales y municipales deben abandonar el concepto de tierra arrasada, la prohibición de transportes, el cierre de comercio y el confinamiento en masa”, dijo Bolsonaro.
Reiterando críticas e ironías hacia los medios de comunicación, Bolsonaro aseguró también que “el grupo de riesgo es de las personas mayores de 60 años. ¿Entonces por qué cerrar escuelas? Raros son los casos fatales de personas con menos de 40 años”.
Bolsonaro dijo que los medios crearon histeria y pavor al informar sobre la tragedia provocada por el coronavirus en Italia, país al que diferenció de Brasil por su gran población anciana y por su clima frío.
“Nuestra vida tiene que continuar, los empleos deben ser mantenidos. Los sustentos de las familias deben ser preservados. Debemos volver a la normalidad”, exclamó el presidente brasileño.
Mientras Bolsonaro hablaba, cacerolazos masivos en su contra tuvieron lugar en Brasilia, Río de Janeiro, Porto Alegre, Recife, Belo Horizonte, Salvador y San Pablo, según distintos relatos hechos a Clarín.
Las protestas fueron acompañadas por gritos de “fuera Bolsonaro”.
Barrios ricos de San Pablo como Higienópolis, Bela Vista y Santa Cecilia
tuvieron cacerolazos, al igual que Laranjeiras y Copacabana, en Río, y
la Asa Norte y el Lago Norte, en la capital de Brasil, donde, según
relatos, también fueron fuertes en zonas donde el presidente tenía una
fuerte popularidad, como Aguas Claras.
Fue el octavo día en el que se registraron en Brasil protestas contra
Bolsonaro, que viene criticando las medidas adoptadas por los
gobernadores de San Pablo y de Río de Janeiro, de confinamiento social,
para enfrentar la pandemia que en el país ya mató a 46 personas.
El pronunciamiento de Bolsonaro duró apenas cinco minutos y fue grabado,
pero los cacerolazos se prolongaron por más tiempo y la indignación
llegó rápidamente a las redes sociales, en las que se expresaron desde
analistas políticos hasta futbolistas.
“¿Cómo el líder de una nación de más de 200 millones de habitantes habla
así? ¿Qué es esto? ¿Un atleta no sufriría si se contagiara?”, preguntó
el ex futbolista Juninho Pernambucano, en referencia a que Bolsonaro
dijo que, por su condición física de atleta, si él se contagiara, sólo
sufriría una gripecita o un resfriadito.
“Bolsonaro fue a la TV a defender sus puntos de vista irresponsables
sobre el combate al coronavirus. Locura completa”, dijo el politólogo
Alberto Carlos Almeida, autor del libro “La cabeza del brasileño”.
Encuestas vienen mostrando un amplio apoyo popular a las medidas de
restricción social y una baja de la imagen positiva del gobernante
ultraconservador.
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