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Las cifras de personas contagiadas y fallecidas por el coronavirus van a «aumentar» en los próximos días, «llegan días muy duros», según el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El objetivo de todas las medidas adoptadas por el Ejecutivo, apuntaba, es «conseguir el tiempo necesario» para contener el virus y encontrar «tratamientos eficaces» y vacunas. «La sociedad occidental no estaba preparada para sufrir una pandemia»; «Todavía debemos recibir el impacto de la ola más dura, más dañina»; alertaba.

El presidente del Gobierno ha advertido este sábado de que todos los ciudadanos deben llegar a finales de la próxima semana «muy fuertes» a nivel psicológico y emocional, para después hacer un repaso de la situación de esta crisis. No ha hecho ningún anuncio, ni detallado nuevas medidas o estrategias. 

Sánchez ha comparecido este sábado en rueda de prensa telemática desde el palacio de La Moncloa, una semana después de que el Consejo de Ministros decretara el estado de alarma. Su aparición pública, la primera desde el martes, cuando el Ejecutivo aprobó el decreto del «escudo económico y social» que prevé movilizar 200.000 millones de euros, no estaba en agenda, y fue comunicada a primera hora de la tarde. 

En esencia, el presidente ha dedicado este discurso institucional a volver a llamar a la unidad y a defender las medidas adoptadas por el Gobierno, así como los tiempos en los que las ha adoptado, remarcando que siempre han seguido las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ha contrapuesto esta forma de actuar a la de países que optaron por «otra estrategia», sin decretar confinamiento y otras medidas excepcionales, y que finalmente han tenido que «reconocer que era insostenible por el elevado coste en vidas». Es el caso de Reino Unido. 

También ha introducido más alusiones a los enfermos, a las familias de las víctimas mortales, a las personas que se están viendo y se verán privadas de trabajo, y ha celebrado como la «gran esperanza» que 2.215 personas hayan logrado curarse.

Ha tratado de mostrar un perfil más empático, con consignas para animar a la población, reconociendo el enorme impacto del virus no sólo en la economía, sino también en las costumbres de los españoles. Reclamaba «moral de victoria» y valentía», y aseguraba que España ha tomado las medidas de confinamiento «más duras de Europa y de las mayores del Mundo», medidas «radicales» pero necesarias.

Y, en su repaso genérico a la situación, se ha referido al descenso del 50% en los delitos, al aumento de tráfico en internet, al «frenazo absoluto de desplazamientos» o al uso «absolutamente marginal de espacios públicos» como indicadores de que, a su entender, las medidas están funcionando. 

Además, el jefe del Ejecutivo ha pedido a la población que se informe por «canales de comunicación fiables: «No difundir noticias no contrastadas también es una manera de combatir el virus», argumentaba. 

La operación para comprar 6.000.000 de tests

En otro orden de cosas, Sánchez ha marcado como prioridad «extender los test [de detección de la enfermedad] al mayor numero de población posible, y ha asegurado que el Gobierno está «cerrando» una operación para adquirir «6 millones de nuevos tests».

Según el presidente «se hacen de 15.000 a 20.000 tests diarios» en nuestro país. Las cifras oficiales sitúan en 355.000 el total de tests realizados desde el inicio de esta crisis.

«Nadie de mi Gobierno va a polemizar» con otras administraciones

A su vez, Sánchez ha vinculado su llamamiento a la unidad con la promesa de que el Ejecutivo no polemizará con otras administraciones que han criticado su gestión, como es el caso de la Comunidad de Madrid y Catalunya. «Nadie de mi Gobierno va a polemizar», decía, con otras administraciones u otros partidos. «Si alguien polemiza, nosotros conciliaremos», zanjaba.