Telesur

El presidente del Comité Permanente de Defensa de Derechos Humanos en Colombia, Jairo Ramírez, señaló que los análisis y las investigaciones sobre la explosión del carro-bomba este jueves en la sede de la emisora Caracol Radio en Bogotá (capital), apuntan hacia los sectores de la derecha colombiana, que “se niega a aceptar el restablecimiento de relaciones” entre ese país y Venezuela.

Los análisis y las investigaciones apuntan hacia sectores de la derecha que se sienten huérfanos del poder una vez que se posesionó (el presidente de Colombia) Juan Manuel Santos” el pasado 7 de agosto, dijo Ramírez.

Agregó que “en las semanas anteriores a la posesión de Santos el propio (ex) presidente (Álvaro) Uribe más que recomendaciones estaba haciendo era una especie de advertencia sobre los peligros de los diálogos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o de los peligros del restablecimiento de las relaciones con Venezuela“.

La derecha no admite que se hayan restablecido tan rápidamente las relaciones con Colombia y Venezuela“, indicó, al tiempo que recordó que los vínculos bilaterales con Ecuador también son mal visto por este sector.

 

Asimismo, enfatizó que la derecha colombiana “no admite, ni siquiera que se mencione la posibilidad de un acercamiento para los diálogos para una solución del conflicto armado” que vive Colombia desde hace más de cuatro décadas.

Señaló que los conservadores colombianos tienen preocupación por el fallo de la Corte Constitucional de Colombia, sobre la inconstitucionalidad de la instalación de las bases militares estadounidense en ese país, tras un acuerdo rubricado por Washington y Bogotá en 2009.

“De las bases militares estadounidense todo parece indicar hoy o el próximo martes fallaría (la Corte) declarando inconstitucional eso (…) La bomba lo que trata es en un esfuerzo desesperado demostrarle a la opinión pública que el terrorismo opera y que es seguir las bases militares, que no hayan relaciones con los países vecinos y que no debe haber ningún contacto con la insurgencia colombiana“, explicó.

Según Ramírez, “es posible que haya nuevos atentados, nuevas provocaciones, porque lo que pensamos que va haber una acción sostenida de los sectores de la extrema derecha que buscan impedir que Colombia de cualquier viraje para resolver el conflicto en un sentido democrático“.

“Desde luego no nos hacemos ilusiones con que el nuevo gobierno que vaya a dar pasos por una profundización democrática en el país, pero valoramos en que es posible unos contactos con insurgentes para buscar una solución al conflicto” manifestó el titular del organismo de DD.HH.

Consideró que el Gobierno de Santos “sector de la burguesía colombiana que tiene ciertos escrúpulos” está “muy preocupado con el desastre que dejó el presidente Uribe con un colapso institucional”, por lo que el nuevo poder busca tratar de restablecer “esto para ganar mayor credibilidad en la opinión pública”.

Este jueves se produjo un estallido de un carro-bomba frente a la sede de la emisora Caracol Radio. El presidente Santos, calificó la acción como un atentado terrorista, tras ordenar la investigación inmediata del hecho que dejó al menos nueve personas heridas.

Santos enfatizó que su gobierno va a combatir “con todo lo que tenemos al alcance al terrorismo” y prometió que “va a hacer inventarios para poder ayudar a las personas que se le dañaron sus estructuras”.