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El magistrado del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Edson Fachin,
encargado de los procesos relacionados con la Operación Lava Jato, negó
una petición de la Policía Federal para detener de forma temporal a la
expresidenta Dilma Rousseff (2011-2016).
«Es impresionante la noticia de que la Policía Federal pidió la
detención de la expresidenta en un proceso en el cual ella no está
siendo investigada y no fue llamada a prestar ninguna declaración (…)
menos mal que prevaleció el sentido común y la responsabilidad del juez
responsable del caso en el Supremo, así como del propio Ministerio
Público Federal», informaron en un comunicado los portavoces de la líder
izquierdista.
En el comunicado, Rousseff aclaró que recibió una notificación para
simplemente prestar declaración ante la justicia y que se enteró de la
petición de detención por la prensa.
Se trataba de una «oportuna cortina de humo» que revela el esfuerzo del
ministro de Justicia, Sérgio Moro (que tiene a la Policía Federal bajo
su competencia) en su afán de «perseguir adversarios políticos», dice el
comunicado.
La notificación a Rousseff se enmarca en el proceso que investiga
remesas de dinero a senadores y exsenadores del Partido del Movimiento
Democrático de Brasil (PMDB) en la campaña electoral de 2014.
Además de la expresidenta, la policía también quería detener al
exministro de Economía, Guido Mantega, a los exsenadores Eunício
Oliveira y Valdir Raupp (ambos del PMDB) y al ministro del Tribunal de
Cuentas de la Unión, Vital do Rêgo Filho.
La policía argumentó que en libertad los citados podían perjudicar la
investigación, pero Fachin concordó con la Procuraduría General de la
República y negó la petición, remarcando que no hay indicios de
conductas concretas que evidencien la necesidad de una medida extrema.