Agencias
Defensores de la selva en Brasil han pedido protección y denunciado
durante años amenazas por parte de madereros y otros grupos que ingresan
a la tierra indígena Arariboia, en la Amazonía, para explotar sus
recursos, dijo este domingo 3-N una investigadora.
«La violencia y las amenazas de muerte contra los guardianes ocurren
hace años», dijo en entrevista con AFP Sarah Shenker, investigadora de
la organización Survival International, sobre los «Guardianes de la
Selva», un grupo que intenta proteger tierras indígenas en Maranhao, en
el noreste de Brasil.
«Tres guardianes fueron asesinados, además de decenas de [indígenas]
guajajaras. Hay mucha impunidad, las autoridades no tienen voluntad de
proteger la tierra indígena», agregó.
La noche del viernes 1-N dos líderes indígenas de «Guardianes de la
Selva», Laércio y Paulo Paulino Guajajara, fueron emboscados por
madereros en Maranhao.
Paulo Paulino murió en el lugar y Laércio huyó con heridas de bala en el
brazo y la espalda, informó la secretaría de derechos humanos de la
gobernación de Maranhao.
«Llegaron disparándonos. Dispararon, me dieron en el brazo. Cuando miré,
Lobo [Paulo], del otro lado, lo vi en el suelo, con la mano en el
cuello. Ni vi cuando le dispararon, fue tan rápido, muchos tiros. Huí»,
dijo Laércio en declaraciones a la estatal Fundación Nacional del Indio
(Funai).
Amenazas
Pero este líder indígena ya había denunciado las amenazas varias veces,
entre ellas en un video divulgado por Survival International en octubre
de 2018: «Nos quieren matar a todos».
«Guardianes de la Selva», que comprende más de un centenar de indígenas
guajajara, surgió como iniciativa en 2012 para resguardar la tierra
Arariboia, hogar para unos cinco mil indígenas de los pueblos guajajara y
awá. Estos últimos viven aislados, amazonia adentro.
En junio los guardianes divulgaron un video advirtiendo sobre el recrudecimiento de la situación.
«Los madereros están pagando a pistoleros para matar a los guardianes.
Estamos preocupados con esas amenazas. Ya hubo disparos a casas de
guardianes. No queremos guerra, sólo queremos resistir», decía entonces
Olimpio Guajajara, coordinador del grupo, quien aparecía sentado
adelante de Paulo y Laércio, y pedía protección a las autoridades.
Señalan a Bolsonaro
«El gobierno es responsable por haber creado las condiciones para que el
crimen ocurriese», dijo Shenker quien cree que la violencia en la
región se ha recrudecido durante la gestión del ultraderechista Jair
Bolsonaro».
«Sus palabras racistas y propuestas genocidas, anti indígenas, dan una
especie de luz verde. Los invasores se sienten con más confianza para
invadir con impunidad», dijo la experta.
Bolsonaro ha expresado su desacuerdo con la demarcación de tierras
indígenas, establecida en la constitución nacional, y defiende la
explotación comercial de estas áreas que albergan a 517.000 indígenas,
según el último censo.
El secretario de Derechos Humanos de Maranhao, Francisco Gonçalves dijo
que en septiembre solicitó al Ministerio de Justicia y a la Funai
acciones «urgentes» para proteger a los indígenas, debido a los
conflictos en la región.
Funai lamentó en un comunicado la muerte de Paulo y anunció que envió
una asesoría técnica especial. «En este momento la preocupación es
solucionar cuanto antes el conflicto», dice el texto.
El ministro de Justicia, Sergio Moro, escribió en Twitter que no
ahorraría «esfuerzos para llevar los responsables del crimen ante la
justicia».
«Estaremos atentos para ver si el ministro cumple su promesa», dijo
Shenker, que estuvo con Laércio y Paulo Paulino Guajajara en Maranhao en
abril.
La extracción ilegal de madera noble y la deforestación para ganado son
apuntados como los principales motivos de las invasiones en la región
amazónica, casa para decenas de pueblos indígenas, algunos de ellos no
contactados.
«Somos un impedimento para ellos», comentó Laércio en la entrevista de
2018. «Cuando un indígena nace, es guardián de origen. El mundo nos
necesita para respirar, vamos a luchar hasta el fin», dijo.