Agencias
El gobierno brasileño incluyó este miércoles nueve empresas en la lista
de las que pretende privatizar, entre ellas Correos y el puerto de
Santos, el mayor de América Latina, con una expectativa de recaudar
700.000 millones de reales (175.000 millones de dólares).
Con esa nómina, ya son una veintena los activos (empresas, acciones y
servicios) incluidos en el plan de privatizaciones y concesiones (PPI)
con el cual el presidente Jair Bolsonaro y su ministro de Economía,
Paulo Guedes, esperan reducir el volumen de la deuda pública y dinamizar
una economía estancada.
El estado brasileño controla 130 empresas, entre ellas gigantes como
Eletrobras -generadora de un tercio de la electricidad de Brasil-, que
ya figuraba en una lista anterior.
Petrobras, la joya de la corona, permanece fuera de la nómina, aunque
los mercados se vieron animados el miércoles por señales del equipo
económico de que podría entrar en la lista antes de 2022, cuando
finalice el mandato de Bolsonaro. Los títulos de la compañía ganaron más
de 5%.
Bolsonaro pidió la semana pasada acelerar los procesos de
desestatización, privatizando “por lo menos una pequeña [empresa] por
semana”.
El plan inicial del gobierno es recaudar 1,3 billones de reales, pero
con los anuncios de este miércoles la suma podría llegar a 2 billones
(500.000 millones de dólares), indicó el ministro de la Casa Civil (jefe
de gobierno), Onyx Lorenzoni, en una ceremonia en el Palacio
presidencial de Planalto.
Aparte de Correos y el puerto de Santos, el paquete está integrado por
Telebras (telefonía), Dataprev y Serpro (procesamiento de datos), así
como por empresas gestoras de activos como ABGF y Emgea, tecnológicas
como Ceitec y la Compañía de Depósitos y Almacenes de Sao Paulo.
La perspectiva de los anuncios alentó a los inversores. La Bolsa de Sao
Paulo cerró con un alza de 2%, en tanto que las acciones ordinarias de
Eletrobras se dispararon un 12,39%.
En el paquete anterior, aparte de Eletrobras, figuraban la Casa de la Moneda y las loterías.
La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT, oposición de
izquierda), Gleisi Hoffmann, denunció la venta de algunos “activos
estratégicos”, en detrimento de la “soberanía” de Brasil.
El banco de fomento BNDES debe definir los modelos del paso del control de cada empresa a manos privadas.
“Algunas empresas tendrán un modelo muy sencillo, apenas necesitarán de
una autorización, pero para otras habrá que cambiar la Constitución”,
explicó a la AFP Margarida Gutierrez, profesora de macroeconomía del
instituto Coppead de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ).
Ello se debe a que las filiales de estatales pueden ser vendidas
directamente, según decidió en junio la corte suprema, abriendo la
puerta a la venta de la red de gasoductos TAG, una filial de Petrobras, a
un consorcio liderado por la francesa Engie, por 8.600 millones de
dólares.
Gutierrez sostiene que “la mayoría de las (estatales) son completamente
ineficientes» y que su desestatización permitirá dar «más eficacia de
productividad y avanzar en reformas estructurales”.
Bolsonaro insinúa que las ONG son responsables de incendios en la Amazonia
El presidente Jair Bolsonaro vuleve a ser objeto de fuertes críticas.
Tras atacar a Noruega y su caza de ballenas, pero usando imágenes
equivocadas, el mandatario de Brasil volvió a salir en falso al insinuar
que las ONG podrían haber provocado incendios que afectan a la
Amazonia.
“Puede estar habiendo, sí, puede, no lo estoy afirmando, una acción
criminal de esos ‘oenegeros‘ para llamar la atención contra mi persona,
contra el gobierno de Brasil. Esa es la guerra que estamos enfrentando”,
afirmó Bolsonaro a periodistas a la salida de su residencia oficial en
Brasilia.
El mandatario no explicó en qué basaba sus sospechas, pero aseguró que
esas organizaciones, que según él representan intereses extranjeros,
“están sintiendo la falta de dinero”, después de que el gobierno
suspendiera recursos que les eran asignados.
“Sacamos dinero de las ONG. De las transferencias de fuera (para la
protección de la Amazonía), el 40% iba para ONG. No tienen más. Acabamos
también con las transferencias de órganos públicos (a las ONG9”, dijo.
Bolsonaro, duro crítico de las políticas ambientalistas y promotor de la
explotación de recursos naturales en áreas protegidas, lleva semanas en
el centro de la polémica por su cuestionamiento de las cifras oficiales
del avance de la deforestación en la Amazonía, el llamado “pulmón del
planeta”.
Su enfoque sobre la selva tropical provocó que Noruega y Alemania
suspendieran hace días sus aportaciones a la lucha contra el cambio
climático, incluyendo los destinados al Fondo Amazonía.