Agencias
Hace 4.500 millones de años, la Luna era 20 veces más grande en el
cielo. En ese entonces, nuestro satélite natural se encontraba a entre
19.000 y 30.000 kilómetros de distancia. Pero ahora está a alrededor de
370.000 kilómetros de la Tierra y se nos aleja cada vez más: unos 3.8
centímetros por año.
La Universidad Cornell sostiene que la razón está relacionada
directamente con el hecho de que la Luna influye en las mareas
terrestres.
Los científicos explican que el lado de la Tierra que mira a la Luna
está más cerca, por lo que se siente una fuerza de gravedad más fuerte
que el centro de la Tierra. El efecto más notable es la marea que se
levanta en el océano.
La Tierra y la Luna están unidas por un “abrazo gravitacional” que hace
que nuestro planeta rote cada vez más lento sobre su eje y que la Luna
lo haga cada vez más rápido. Y, cuando algo que está en órbita se
acelera, esta fuerza lo empuja hacia afuera.
Los científicos explican que el lado de la Tierra que mira a la Luna
está más cerca, por lo que se siente una fuerza de gravedad más fuerte
que el centro de la Tierra. El efecto más notable es la marea que se
levanta en el océano.
El temor de muchos es si nos vamos a quedar sin la Luna.
Afortunadamente, la respuesta es negativa. Las investigaciones revelan
que los científicos estiman que en unos 50.000 millones de años,
llegaremos a un equilibrio con la Luna y su órbita se estabilizará. Para
entonces, se encontrará a 970.000 kilómetros de la Tierra y le llevará
47 días dar una vuelta completa a nuestro planeta, en lugar de 27.
Por esta razón no hay que preocuparse antes de que eso ocurra, pues el
Sol se habrá expandido para convertirse en un gigante rojo y,
posiblemente, se habrá tragado a la Tierra junto con su satélite.