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La Suprema Corte de Justicia de la Unión Europea (UE) dictó ayer el fallo final del extenso proceso que inició la multinacional Monsanto en 2004 para cobrar regalías por la soja transgénica RR sembrada en la Argentina. El dictamen resultó favorable a la posición nacional y será de aplicación en los 27 países del bloque. Define que la compañía no tiene derecho a reclamar a los importadores europeos los dineros que aquí no pagan los chacareros.

Luego de introducir la soja RR en la Argentina en 1996, y pese a no contar con patente, Monsanto comenzó a exigir regalías por su tecnología. Ante el rechazo del ex secretario de Agricultura, Miguel Campos, inició una serie de demandas en países europeos, donde sí la había patentado. Uno de esos casos llegó hasta el Tribunal Supremo de la UE, que dictaminó que el gen no se expresaba en la harina de soja argentina, principal subproducto del poroto.

 

El fallo tiene valor simbólico, pues Monsanto ya desistió de cobrar regalías por la soja RR. Pero la compañía decidió no lanzar en el país su soja RR2, una variedad mejorada, a la espera de un régimen legal que le asegure el cobro de sus innovaciones.