Agencias
La justicia argentina citó a declarar a 18 exmilitares por presuntos delitos de lesa humanidad cometidos contra compatriotas soldados mientras combatían en las Islas Malvinas contra Gran Bretaña durante la guerra de 1982.
Es la primera vez que exmilitares de distinto rango –oficiales, suboficiales y coroneles– deben dar explicaciones ante un juez por las más de cien denuncias de torturas sufridas por combatientes argentinos en uno de los episodios menos investigados de la última dictadura militar en Argentina (1976-1983).
El juez federal Federico Calvete resolvió que “a los fines de avanzar con la investigación y dar debida participación a los imputados para asegurar el ejercicio del derecho de defensa en juicio, corresponde convocar a prestar declaración indagatoria” a 18 de los imputados en la causa, según el fallo al que tuvo acceso The Associated Press este viernes.
El magistrado sostuvo que la investigación ha permitido recabar “cuantiosos elementos probatorios que permiten sospechar que diversas personas han participado en la comisión de delitos”.
Excombatientes de Malvinas han denunciado más de 100 casos de torturas cometidas por sus superiores durante el conflicto armado en el archipiélago sur. Desde estaqueos –atados de pies y manos boca arriba a la intemperie con temperaturas bajo cero– y enterramientos dentro de pozos de tierra mezclada con hielo, entre otros vejámenes.
También se investiga la muerte de dos conscriptos por hambre.
En jaque por la crisis económica y las denuncias internacionales por varios miles de disidentes desaparecidos, el régimen jugó una última carta para permanecer en el poder con la invasión a las Islas Malvinas, que los argentinos reclaman como propias, en abril de 1982.
Se sabía que los soldados enviados al archipiélago no tenían la capacitación necesaria ni fueron provistos con el equipamiento adecuado para enfrentar el invierno en el Atlántico Sur. La guerra concluyó en junio del mismo año con la rendición argentina ante el poderío militar británico.
En 2007 un grupo de excombatientes presentó una denuncia ante la justifica para señalar violaciones a los derechos humanos durante la guerra, pero no cometidos por el enemigo británico sino por sus propios superiores.
“Se abre una caja de Pandora”, comentó a la AP Ernesto Alonso, del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas de la ciudad de La Plata. “Esto es paralelo a otras causas emblemáticas de la dictadura, como la ESMA”, indicó en referencia a las investigaciones de los crímenes de lesa humanidad cometidos en el principal centro clandestino de torturas y detención de disidentes en Buenos Aires durante la dictadura.
Para Alonso los crímenes cometidos en Malvinas permanecieron ocultos por decisión de los altos mandos de las Fuerzas Armadas que prefirieron ignorar a los excombatientes después de la derrota.
Los exmilitares citados a declarar tenían distinto grado y pertenecían a un regimiento de la provincia argentina de Corrientes que combatió en la isla Gran Malvina (West Falkland, como la llaman los ingleses).