Árabes residentes en el vecindario de Silwan, situado en la Ciudad Vieja de Jerusalén, salieron a las calles para protestar contra la provocación de extremistas judíos que apoyan la decisión del gobierno sionista de demoler unas 22 casas para erigir un parque.
Los militares dispararon balas plásticas contra los palestinos en el conflictivo vecindario, pese a que jóvenes judíos se hicieron con cócteles Molotov que luego lanzaron contra el área de Beit Al-Asal.
La trifulca comenzó el sábado en la noche y duró hasta este domingo, cuando intervinieron guardias judíos para proteger a los moradores de casas ilegales en Beit Al-Asal y Beit Yonatan.
Algunos palestinos también sufrieron afecciones respiratorias debido a los gases lacrimógenos y las granadas de humo lanzadas contra ellos por los uniformados al servicio de Tel Aviv.
Según voceros del gobierno palestino en esta ciudad de Ramalah, los equipos donados por la Agencia Noruega para el Desarrollo quedaron retenidos en territorio israelí porque las autoridades sionistas creen que pudieran ser usados para “propósitos no médicos”.
La incautación de las máquinas ocurrió días después de que Tel Aviv publicitó una supuesta flexibilización del cerco recrudecido sobre Gaza desde hace tres años, política que -según Tel Aviv- permitiría la entrada de ayuda humanitaria y suministros básicos.
El gobierno de la Autoridad Nacional Palestina pidió a Noruega que reclame la liberación de los equipos y advirtió que la demora de Israel en devolverlos “afectará negativamente la salud de los pacientes” en el enclave costero.
La aplicación de ese castigo colectivo contra 1,5 millones de palestinos ha tenido efectos nocivos para la vida de los habitantes de la franja, donde viviendas, hospitales y otras instituciones sufren cortes de electricidad de hasta 12 horas por la falta de combustible.
Entretanto, en Beirut activistas solidarios con los palestinos confirmaron la intención de varios diputados iraníes de unirse a la travesía de un barco libanés que partirá con ayuda para Gaza, luego de una escala en Chipre, para desafiar el bloqueo israelí.