Las hamburguesas, y en general la comida rápida, son tan adictivas como las drogas duras. Esa es la conclusión a la que han llegado un grupo de científicos de la Rockefeller University de Nueva York y de la Universidad de Wisconsin, según publica el periodico «The Times». Los investigadores aseguran que la comida con gran cantidad de grasa y azúcar puede causar en el cerebro cambios bioquímicos similares a los que provocan algunas drogas como el tabaco, la heroína y la cocaína. Una vez enganchadas a la comida basura, dicen los científicos, muchas personas son incapaces de poder regresar a una dieta equilibrada y, en muchas ocasiones, padecen problemas de obesidad.
Los científicos de la Rockefeller University han descubierto que la ingestión regular de comida basura produce rápidos cambios hormonales que provocan los problemas de obesidad. Además, los daños se multiplican cuando son los niños los que toman este tipo de productos.
Por su parte, un estudio de los neurólogos Ann Kelley y Matthew Hill, de la Universidad de Winsconsin, explica los cambios que las diferentes dietas producen en los cerebros de las ratas en las que se ha desarrollado la investigación. Su conclusión es que una dieta que incluya elevadas cantidades de grasa provoca síntomas neurológicos similares a los que se encuentran en adictos a las drogas duras. Además, las ratas más gordas también sufrieron cambios en el desarrollo de sus cerebros.
“La investigación muestra que las dietas con grandes ingestas de grasa alteran la bioquímica del cerebro provocando efectos similares a los de los opiáceos más fuertes, como la morfina”.
Una dieta sana para un hombre adulto incluye 2.300 calorías diarias; de ellas, no más de un 35% debe proceder de grasas y apenas un 11% de azúcares. En las mujeres, las calorías se reducen a 1.800 calorías.
Sin embargo, un menú completo de comida rápida puede suponer más calorías de las recomendadas para todo el día. Por ejemplo, una hamburguesa McDonald’s con queso contiene 516 calorías; una ración grande de patatas fritas, 412; la ración de leche, 500; y un donuts de chocolate, 379.