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Washington. – El Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos (EE.UU.) acordaron este lunes de manera preliminar sancionar a los bancos y compañías de bienes y servicios que negocien con Irán, para «aumentar sustancialmente» las presiones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, contra la industria nuclear iraní.

Por medio de un comunicado conjunto, los presidentes de ambas cámaras del Congreso, Christopher Dodd y Howard Berman, respectivamente, argumentaron que la decisión busca «aumentar sustancialmente los continuos esfuerzos multilaterales del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la Unión Europea» para condenar el desarrollo nuclear de Teherán.

«Si se aplican con rigor por parte del presidente (Barack Obama), esta ley aumentará las presiones sobre Teherán para combatir su proliferación de armas de destrucción masiva», agregaron los legisladores.

El acuerdo de sanciones estadounidenses contra Irán debe ser aprobado por el Congreso para convertirse en ley. Una vez que esto suceda, entragarán en rigor las medidas.

Los bancos extranjeros que en la actualidad hacen negocios con entidades iraníes tendrán dos alternativas: cesar sus actividades o arriesgarse a que Estados Unidos les bloquee el acceso a su sistema financiero.

Al aprobarse la ley, también se prohibirá la concesión de contratos federales a compañías extranjeras que exporten a Irán tecnología.

Además, la ley de sanciones provee un marco legal mediante que permitirá a los gobiernos locales y estatales y otros inversionistas estadounidenses deshacerse de sus portafolios de inversiones en empresas involucradas en el sector energético de Irán.

También fortalece el bloqueo de EE.UU. contra Irán al codificar varias órdenes ejecutivas y limitar los bienes exentos de éste hasta el momento.

El paquete respaldado por Dodd y Berman se suma a las sanciones contra Irán ya aprobadas el pasado 9 de junio por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en rechazo a su industria nuclear.

Los Gobiernos de Brasilia y Ankara impulsaron como solución pacífica a la polémica generada en torno a Irán, la aplicación de un acuerdo que se alcanzó con Teherán basado en que éste intercambie su uranio en el exterior.

El Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), rechazó la iniciativa de Brasil y Turquía que además fue aceptada por el Gobierno de Ahmadinejad, y optó por imponerle más sanciones a Irán.

La resolución de la ONU establece nuevas restricciones a las operaciones de los bancos iraníes, e incrementa el escrutinio de las transacciones en el exterior de todas las entidades financieras del país.

Asimismo, endurece el embargo de armas a Irán y sanciona a 40 entidades del país, entre ellas varias vinculadas a la naviera estatal iraní, así como a la Guardia Revolucionaria. También refuerza el régimen de inspecciones a buques y aviones iraníes.

El gobierno de Teherán ha insistido que su industria nuclear está dedicada a fines pacíficos, mientras que Estados Unidos, autor de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, junto a Francia, Alemania y Gran Bretaña, que conforman con Rusia y China el llamado grupo de los seis (G6), señalan que puede tener otros fines contraproducentes.

Las seis potencias están encargadas de las negociaciones sobre el programa nuclear de Teherán, cuestionado por esos países que históricamente han manejado el mercado armamentístico del mundo.