El trabajo voluntario de los activistas del FNRP en caseríos, barrios, colonias y ciudades de los 18 departamentos hondureños contribuyó sustancialmente, declaró el representante de la comisión para la consulta popular, Eulogio Chávez.
La meta del movimiento es lograr un millón 200 mil adhesiones al llamado a modificar la Carta Magna, a fin de garantizar los derechos de todos los hondureños y democratizar la vida política, económica, cultural y social del país, precisó una nota de Prensa Latina.
El FNRP agrupa a una vasta gama de organizaciones sindicales, indígenas, campesinas, de intelectuales y políticos progresistas.
Para cumplir sus objetivos el movimiento de resistencia prolongó hasta el 15 de septiembre el período de recolección de firmas, con las cuales también se exigen garantías para el retorno de Manuel Zelaya, depuesto por un golpe de Estado.
El 28 de junio de 2009 Zelaya fue secuestrado por militares encapuchados y llevado a la fuerza a Costa Rica para impedir la realización ese día de una encuesta donde se conocería la opinión del pueblo sobre la Asamblea Constituyente.
Mientras, Rasel Tomé, líder del grupo del Partido Liberal integrado en el FNRP, manifestó: «Quisieron dar un golpe para detener el proceso de cambio, pero se equivocaron».
Asimismo, aseveró que el pueblo continuó su resistencia pacífica conformando el frente, «quizás la plataforma social y política más importante que ha tenido el país».