Prensa Latina

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva denunció hoy su encarcelamiento como la fase más reciente de un golpe de Estado en cámara lenta para marginar de forma permanente a las fuerzas progresistas del país.

Tiene como objetivo evitar que el Partido de los Trabajadores (PT) vuelva a ser elegido para ocupar la presidencia, manifestó en un artículo de opinión publicado en el diario estadounidense The New York Times y escrito en la arbitraria prisión que sufre desde abril pasado.

De acuerdo con el exjefe de Estado (2003-2011), como todas las encuestas muestran que ganaría con facilidad las elecciones de octubre, la extrema derecha busca dejarlo fuera de la contienda electoral.

Mi condena y encarcelamiento se sustentan solamente en la declaración de un testigo cuya propia sentencia fue reducida a cambio de que testificara en mi contra, apuntó.

Lula expresó que hace 16 años la nación sureña estaba en crisis y su futuro era incierto, con algunas heridas aún abiertas menos de dos décadas después del fin de la dictadura.

El PT ofreció esperanza, una alternativa que podía cambiar esas tendencias. Me parece que, sobre todo, por esta razón triunfamos en las urnas en 2002. Me convertí en el primer líder sindical en ser elegido presidente de Brasil, rememoró.

Al principio, agregó el expresidente, los mercados se inquietaron por este acontecimiento, pero el crecimiento económico los tranquilizó y los gobiernos del PT que encabecé redujeron la pobreza a más de la mitad en tan solo ocho años.

El salario mínimo aumentó el 50 por ciento. Nuestro programa Bolsa Família, el cual ayudaba a familias pobres y garantizaba educación de calidad, fue reconocido internacionalmente. Demostramos que combatir la pobreza era una buena política económica, añadió.

Según señaló el exmandatario, ese progreso fue interrumpido, no por medio de las urnas, sino porque la expresidenta Dilma Rousseff (2011-2016) ‘fue víctima de un juicio político y la destituyeron del cargo por una acción que incluso sus oponentes admitieron que no era una ofensa que ameritara este tipo de procedimiento’.

‘Muy pronto, yo también terminé en la cárcel, después de un juicio sospechoso por cargos de corrupción y lavado de dinero’, explicó Lula sobre el desarrollo de los hechos, y agregó que las fuerzas de derecha usurpadoras del poder no han perdido el tiempo para implementar su agenda política.

No creo que la mayoría de los brasileños apruebe esta agenda elitista. Por esta razón, aunque me encuentro en prisión, me postulo a la presidencia y, por el mismo motivo, las encuestas muestran que, si las elecciones se llevaran a cabo hoy, sería el ganador, remarcó.

Millones de brasileños comprenden que mi encarcelamiento no tiene nada que ver con la corrupción y entienden que estoy donde estoy solo por razones políticas, agregó el exgobernante, quien dijo tener fe en que la justicia prevalecerá, ‘pero el tiempo se le acaba a la democracia’.