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El reciente excanciller argentino Jorge Taiana renunció en la mañana del viernes. Pocas horas después se anunció que su lugar será ocupado por el actual embajador argentino en los Estados Unidos, Héctor Timerman. Todo esto fue informado por el Jefe de Gabinete en una alocución que duró menos de 30 segundos. Juan Guahán-Question Latinoamérica


La noche del jueves Taiana estuvo con Cristina Fernández y Néstor Kirchner en Olivos. Primero Cristina le preguntó por la marcha de los preparativos vinculados a sus próximos viajes a una reunión del G-20 en Toronto (Canadá) y su periplo por la China. Inmediatamente después evaluaron el planteo del presidente uruguayo, José “Pepe” Mujica, para que el monitoreo a la pastera no se limitara a Botnia (UPM) sino que se ampliara al conjunto de las plantas costeras, sumando a Brasil en las tareas de monitoreo. En la reunión no hubo acuerdo, tampoco definición.

En la mañana del viernes, Taiana literalmente “se desayunó” con una llamada de Cristina. ¿Qué había pasado? Algunos medios comentaron la propuesta de Mujica y recogieron indicios de reacciones diferenciadas de funcionarios del gobierno argentino. Cristina atribuyó a Taiana una “filtración” periodística de comentarios que -en realidad- había formulado el Presidente uruguayo. Pero lo más sabroso vendría a renglón seguido.
Se trata del reproche por la decisión del canciller de autorizar la presencia del ex embajador argentino en Caracas – Eduardo Sadous- ante el Congreso para que responda a preguntas sobre la denuncia de una “diplomacia paralela”, que manejaría Juio de Vido con Venezuela. La Presidenta usó una palabra clave en la simbología peronista, habló de “deslealtad”. Jorge Taiana, tragó saliva, ya con la garganta seca se aprestaba a darle explicaciones cuando recibió un mazaso letal. Se le pedía que fuera “leal” como –por ejemplo- el ministro de economía, Amado Boudu.

Eso a “Jorgito”, como lo conocen sus compañeros de la militancia y la cárcel le pareció demasiado. Él, criado en una cuna peronista, hijo de otro Ministro peronista y médico personal del General Juan Domingo Perón, debía imitar en la “lealtad” a un “recién llegado” de la UCD No pudo callar, la indignación personal fue superior a las “razones de estado” y dijo palabras de las que no había retorno. Por eso dos horas después hacía saber, en una nota escrita a mano, que se iba “por razones estrictamente personales”.
Cristina, que el resto del día lo pasó en Olivos, llamó inmdiatamente a Héctor Timerman, quien era el “reemplazo natural” de Taiana.

Pero Timerman es algo más que un “reemplazante” de Taiana. Su historia está cargada de matices. En los últimos tiempos es un devoto de la Presidenta. Su “lealtad” es total. Se puso a la cabeza de dos de las mayores políticas del gobierno: El juicio a los militares por su violación a los derechos humanos y el combate contra el monopolio del Grupo Clarín. Al servicio de las mismas puso sus importantes contactos en Estados Unidos.
Desde allí seguramente ayudará a neutralizar las relaciones que dicho Grupo tiene en ese país. Timerman, practicante de la religión judía, tiene aceitados vínculos con buena parte de dicha comunidad en los Estados Unidos. Esas relaciones le han facilitado el desarrollo de actividades junto a las más prominentes figuras de la zquierda liberal del Partido Demócrata. Siendo cofundador de Human Rights Watch.

Timerman fue candidato a diputado en las listas del ARI encabezado por Elisa Carrió en el 2001, pero con el triunfo de Néstor Kirchner se sumó a sus filas. Hijo de Jacobo Timerman, el legendario fundador de “La Opinión” en la década de los 70, heredó de su padre la afición por el periodismo. En los 90 dirigió la revista “Tres Puntos”. Hacia el 2003 se puso al frente del semanario “Debate”, un firme defensor del gobierno kirchnerista. Pero antes, en 1976, entre los meses de marzo y setiembre, estuvo al frente del Diario “La Tarde”, Desde allí se contribuyó a crear el clima golpista que derivó en el Golpe del 24 de marzo de ese año. Su posterior defensa del mismo la justificó en los escasos 22 años que tenía en esos momentos.

La llegada de este kirchnerista “fundamentalista” al gabinete de Cristina no es un dato despreciable. Puede significar el fortalecimiento de la tendencia, que comienza a tomar cuerpo de la mano de encuestas favorables, que coloca a Cristina en la grilla de una posible reelección.