Xinhua
El producto interno bruto (PIB) de China creció un 6,8 por ciento interanual en la primera mitad del año, hasta llegar a 41,9 billones de yuanes (6,27 billones de dólares), según los datos publicados hoy lunes por el Buró Nacional de Estadísticas (BNE).
El ritmo es más elevado que el objetivo de crecimiento establecido por el gobierno para el conjunto del año, que es de en torno al 6,5 por ciento.
En el segundo trimestre el PIB del país subió un 6,7 por ciento interanual, un ritmo levemente inferior al 6,8 por ciento del primer trimestre, pero que supone que la economía china encadena ya 12 trimestres con crecimientos de entre el 6,7 y el 6,9 por ciento.
La economía de China creció un 6,9 por ciento en 2017, con lo que aceleró el ritmo por primera vez en siete años.
El portavoz del BNE Mao Shengyong expuso en una rueda de prensa que la economía china se ha desempeñado con solidez en los primeros seis meses, lo que supone «un buen comienzo» para las aspiraciones del país de alcanzar un desarrollo de alta calidad con más progresos en la reestructuración y una mejora de la calidad y la eficiencia económicas.
El sector servicios registró un avance del 7,6 por ciento interanual en los primeros seis meses, con lo que superó el ritmo del 3,2 por ciento del sector primario y el del 6,1 por ciento del secundario, indicó el BNE.
El consumo siguió aumentando de peso en el impulso de la economía, puesto que el consumo final aportó el 78,5 por ciento de la expansión entre enero y junio, por encima del 77,8 por ciento del primer trimestre y el 58,8 por ciento del año pasado.
El mercado laboral interno se mantuvo estable en junio, mes en el que la tasa de desempleo calculada mediante encuestas se situó en el 4,8 por ciento en las áreas urbanas, sin cambios respecto a mayo y un 0,1 por ciento menos que el mismo mes del año pasado.
El consumo de energía por unidad del PIB disminuyó un 3,2 por ciento interanual en el primer semestre, por encima del objetivo inicial del año, que es el tres por ciento.
Tras indicar que se han incrementado las incertidumbres externas y destacar el hecho de que China sigue en una etapa crítica de ajuste estructural, Mao afirmó que el país seguirá adelante con la reforma estructural por el lado de la oferta y coordinará esfuerzos para garantizar un comportamiento económico estable y sano.
Mao dijo que el impacto de las fricciones comerciales con EEUU, de existir, sería limitado este primer semestre y que debe seguirse analizando cuál puede ser en el segundo.
La profunda integración de la economía mundial conlleva que las fricciones, provocadas unilateralmente por Estados Unidos, «afectarán a la recuperación y la sostenibilidad del crecimiento del comercio global», declaró a la prensa.
El portavoz auguró que la economía de China seguirá siendo estable y sólida durante lo que queda de año porque la demanda interna es ahora el factor decisivo para el crecimiento económico. Mao confía en que el consumo siga al alza y la inversión se mantenga sin cambios.
El funcionario añadió que aunque la demanda externa sigue siendo un importante factor de crecimiento pese a los retos que afronta China en materia de comercio exterior en este segundo semestre, todavía se dan las condiciones favorables para sostener un crecimiento comercial estable y relativamente rápido.