Russia Today
Decenas de partidos políticos, agrupaciones gremiales, organizaciones sociales y ciudadanos sin afiliación partidaria se manifestaron este 9 de mayo en los alrededores del Parlamento argentino, en Buenos Aires, para presionar a los legisladores mientras se debate una ley que plantea controlar la subida de los precios de servicios básicos como electricidad, gas y agua, en contraposición con las medidas ya aplicadas por el Gobierno.
Pasadas las 19:00 (hora local), las inmediaciones del Congreso estaban repletas de manifestantes. Las consignas de la jornada muestran un fuerte rechazo al aumento en las tarifas y también al posible acuerdo que el Poder Ejecutivo plantea establecer con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Además, hay letreros criticando el proyecto oficial de la reforma laboral y la inestabilidad económica que padecen muchos ciudadanos.
Según publicó Clarín, la intención de los dirigentes argentinos sería pedir un préstamo de 30.000 millones de dólares a la entidad financiera. Hasta ahora, se estipula que la modalidad del acuerdo sea ‘stand by’, es decir, con mayores exigencias hacia los Estados deudores, aunque todavía no se informaron mayores detalles.
Las negociaciones con el organismo tardarán, aproximadamente, seis semanas en definirse, y a pesar de que aún se desconocen sus resultados finales, la decisión oficial ya despertó severas críticas hacia el modelo económico del país sudamericano. Cabe recordar que Argentina en el 2006, durante el mandato de Néstor Kirchner, había pagado el total de sus compromisos con el organismo liderado por Christine Lagarde, cuya cifra ascendía a 9.800 millones de dólares.
Los reclamos
«Al FMI ya lo conocemos en Argentina y América Latina, pero también lo que provocó en Grecia. Lo tenemos que derrotar en la calle, más allá de lo que ocurra en el Congreso», expresó la dirigente del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), Myriam Bregman. Su fuerza política propuso en la Cámara de Diputados rechazar el acercamiento de Argentina al Fondo, informa Tiempo Argentino, pero no consiguió los votos necesarios en el Parlamento para intentar frenar la intención del presidente Mauricio Macri.
Al mismo tiempo, Bregman sostiene: «Esta es una medida de respuesta contra los ‘tarifazos’ y esta política entreguista, pero hay que exigirle a las centrales sindicales que llamen a un verdadero paro general y un plan de lucha para decirle ‘no’ al Fondo Monetario Internacional». Sobre esta postura, argumenta: «Vienen siempre con las mismas recetas, de ajustes en educación, despidos en el Estado o ataques a los jubilados. Lo que vaya a decir, ya lo sabemos». Y redobla la apuesta: «Si queremos que el FMI se vaya, tenemos que reorganizar la presencia en las calles de todos los sectores».
«La llegada del FMI ya significó hambre y miseria para los trabajadores», recuerda Carlos Fernández, miembro del sindicato de Señaleros Ferroviarios. A su vez, cuenta que «el objetivo es presionar a los diputados y senadores para evitar que salga la reforma laboral». Sobre su economía, explica: «Los aumentos en mi familia fueron un destrozo. Tenemos que relegar planes para poder pagar la luz, el agua y el teléfono. Ir de vacaciones queda en un segundo plano».
Sin embargo, mientras la oposición está en la calle, el jefe de la fuerza gobernante en la Cámara de Diputados, Mario Negri, ya adelantó que el presidente argentino vetaría la ley en caso de ser aprobada en el Congreso. Casi en la medianoche, la oposición obtuvo un resultado favorable en el recinto, es decir, que el proyecto deberá ser analizado por la Cámara de Senadores del mismo establecimiento, requisito necesario para sancionar leyes. Finalmente, en caso de obtener el visto bueno de ambas cámaras, habría que esperar para conocer la determinación de Macri, quien puede anular la normativa. ¿Tendrá la última palabra?