MS

 

La compañía tecnológica Google se ha disculpado en una carta enviada al Congreso de EE.UU. por haber captado información personal de las redes inalámbricas (wifi) privadas en varios países, lo que le ha valido quejas de los Gobiernos.

En la carta remitida el martes pasado al Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes de EE.UU., y hecha pública este viernes, Google reconoce haber captado «por accidente» datos de las redes wifi, si bien asegura que no violó la ley.

«Hacemos hincapié en que seguir la legalidad y hacer lo correcto son dos cosas diferentes, y recabar los datos de navegación (de particulares) fue un error del que nos disculpamos profundamente», afirma no obstante el director de temas de interés público de Google, Pablo Chávez.

El origen del incidente está en el servicio «StreetView», que Google puso en marcha hace tres años para lograr una visión panorámica de las calles y edificios, usando fotografías obtenidas por los vehículos que puso en las calles el buscador.

 

Al parecer, los vehículos, al circular por las ciudades retratadas, no solo recabaron las imágenes, sino también datos de navegación de las redes inalámbricas que no estaban protegidas.

Algunos países protestaron por esta actuación. En España, la Agencia de Protección de Datos anunció en mayo que abriría una investigación a Google para determinar su había violado la normativa y los derechos de los españoles al recopilar los datos.

En Austria se prohibió cautelarmente hace unas semanas circular a los vehículos de Google, y en Italia se abrió una investigación en el mismo sentido.

La organización Privacy International reaccionó ayer con dureza también a la actuación de Google y dijo que la compañía podría verse envuelta en juicios penales en los 30 países en los que ha utilizado el sistema.

En la carta remitida al Congreso estadounidense, Google se muestra determinado a «aprender la lección» por la captación de datos privados, como ya denunciaron en mayo varios congresistas, entre ellos el presidente del Comité de Energía y Comercio, Henry Waxman.

«Echando la vista atrás, queda claro que tendría que haber habido una mayor transparencia en la recolección de esta información», reconoce Google.

La compañía indicó, no obstante, que la captación de los datos de navegación no fue intencionada, sino que se debió a la introducción por error de un código en el software del equipo wifi de los coches que recababan las imágenes.

«Mantener la confianza de la gente es crucial para todo nuestro trabajo, y al introducir por error este código, cometimos un error», indica.

No obstante, aclara que aunque se haya captado información personal, la empresa no la ha procesado ni «ha llevado a cabo un análisis que nos permita saber exactamente qué hemos recabado». Según dice, ocurrió «por accidente».

Explica que sólo dos empleados han visto estos datos, el ingeniero que ideó el software, y un segundo experto en seguridad que, una vez se supo del problema, quiso verificar qué tipo de información se había recabado.

La empresa asegura que ha destruido ya los datos recopilados en Irlanda, Dinamarca y Austria a petición de estos países, pero ha conservado la de EE.UU. para poder cumplir «con las obligaciones que se deriven de los procesos civiles pendientes».

Hace unos días, Google anunció que transferirá a las autoridades francesas, alemanas y españolas todos la información privada recabada en estos países.

Hoy mismo, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC en ingles) se refirió al asunto, en un blog corporativo firmado por Joel Gurin, jefe de la oficina de asuntos gubernamentales y del consumidor del organismo.

Gurin explica que el comportamiento de Google es «motivo de preocupación». «Ya sea intencionadamente o no, la recopilación de información enviada a través de las redes wifi atenta contra la privacidad del consumidor», asegura.

Para la FCC, el incidente de Google debe suponer una advertencia para los usuarios de que las redes wifi «abiertas», que no están protegidas con una contraseña, son vulnerables al ciberespionaje.