Los ingresos fiscales de la Hacienda británica por los resultados de BP son equivalentes al presupuesto de ayuda al desarrollo. Pero el detalle que tiene a medio Reino Unido dado vuelta es el hecho de que 1 de cada 6 libras de los dividendos de los fondos de pensiones británicos vienen de acciones en BP, por lo que gran parte de los británicos se preguntan si su jubilación está tocada o no por el oro negro.
El problema se agudiza aún más si se tiene en cuenta que desde el 20 de abril, fecha en la que comenzó el vertido de petróleo en el golfo de México, el valor accionarial de BP se ha reducido prácticamente a la mitad.
Cuando se produjo el accidente las acciones de la empresa se pagaban a 650 peniques, lo que supone que el valor accionarial se ha reducido en este periodo en 66.000 millones de euros. BP era la mayor empresa del Reino Unido con un valor bursátil de 122 mil millones de dólares, pero desde entonces se ha devaluado en 49 mil millones.
Las razones de la caída libre son variadas. Por un lado está la inversión millonaria que tendrá que hacer la petrolera en tareas de limpieza que se calcula que invertirá alrededor de 200 mil millones dólares. Además tendrán que añadir gastos en indemnizaciones y en una nueva política de imagen.
RETÓRICA “ANTIBRITÁNICA”
Pero en estos momentos Reino Unido y concretamente BP señalan a un único culpable para explicar su espectacular descenso en los parqués de Londres y New York: Barack Obama. El presidente de Estados Unidos ha empleado todas sus fuerzas para desgastar la imagen de BP, incluso sacando del baúl de los recuerdos la denominación de British Petrolium, recordando viejas rencillas transatlánticas y dándole al conflicto un cariz de territorialidad un tanto nacionalista.
El norteamericano no ha tenido pelos en la lengua a la hora de afirmar que “quería patear el culo al responsable de BP” en un tono completamente desconocido del presidente estadounidense. La prensa británica no tardó en contestar a Obama a quien le acusan de poner la bota sobre la garganta de los jubilados británicos y utilizar su discurso ‘anti BP’ como parte de la campaña electoral del Congreso del próximo mes de noviembre.
El mandatario estadounidense no es el único que carga contra la petrolera británica. El Departamento de Justicia de EEUU también amenazó con estudiar vías legales para evitar que la petrolera no reparta dividendos hasta que se dilucide su plena responsabilidad económica por el vertido.
Por otro lado el secretario del Interior, Ken Salazar, manifestó que BP debería compensar económicamente a otras petroleras que han tenido que despedir trabajadores por la moratoria impuesta por la Casa Blanca a la exploración en aguas oceánicas profundas. Y Obama, el jueves añadió que la petrolera también debería hacerse cargo de los subsidios por desempleo de los trabajadores parados por la moratoria en los trabajos de extracción de petróleo en la plataforma del Golfo México por culpa del vertido.
Estas declaraciones han sido recibidas con cierta preocupación en el Reino Unido, donde dirigentes políticos como el alcalde de Londres, Boris Johnson, advirtieron de que se está generando una «retórica anti-británica» en algunos círculos estadounidenses.
Johnson consideró en declaraciones a la BBC que BP ya ha pagado “un precio muy alto” y expresó su preocupación acerca del deterioro de la imagen del Reino Unido en Estados Unidos, país en el que residen el 40% de los accionistas de la firma británica.
Fuentes de la City de Londres dijeron al diario The Daily Telegraph insistieron una vez más en la idea de que los ataques de Obama ponen en peligro las pensiones de millones de británicos, y aseguraron que las críticas del presidente norteamericano “suponen un gasto económico mucha mayor que lo que se invertirá en la campaña de limpieza e indemnizaciones”.
La influencia Obama en los parqués internacionales se pudo hacer notar cuando el mandatario señaló que se debería prohibir que BP pagara a los accionistas hasta que se supiera con exactitud los costos de la limpieza. Un gestor británico de fondos de pensiones decía en el Financial Times: ¿Quién es Obama para dictar si los fondos del Reino Unido se les paga un dividiendo? Parece que alguien es porque al día siguiente de ofrecer sus palabras la caída bursátil de BP fue estrepitosa.
Este viernes la Bolsa de Londres ha emitido un comunicado de BP en el que la empresa afirma que “no entiende” qué razones son las que empujan sus acciones tan a la baja, ya que la situación financiera de la petrolera cuenta con la máxima nota de las tres principales agencias de calificación.
Pero la situación no parece mejorar y una vez más las pensiones de millones de británicos se ven perjudicadas por el mandato de los mercados financieros. El primer ministro británico que quería evitar entrometerse en el conflicto no le ha quedado otra que aceptar las peticiones del empresariado británico y solicitará una cita con Obama para pedirle que ‘baje’ el tono de sus acusaciones. No se sabe si el norteamericano llegará a algún acuerdo con Cameron, pero lo que está claro es que el vertido petrolero además de una brutal catástrofe ecológica se está convirtiendo en un desastre económico que podría dejar a muchos británicos en la estacada.