Agencias
La petrolera estadounidense Chevron Corp ha evacuado de Venezuela a varios ejecutivos luego de que dos empleados fueran encarcelados en ese país por una disputa contractual con la estatal PDVSA, de acuerdo con cuatro fuentes familiarizadas con el caso.
Chevron pidió a otros trabajadores que no acudan a las instalaciones de su empresa mixta con la petrolera venezolana, dijeron las fuentes.
Las detenciones, realizadas por agentes del servicio de inteligencia, son las primeras en afectar a una petrolera extranjera desde que el gobierno venezolano inició una purga a fines del año pasado, que ha resultado en el encarcelamiento de más de 80 ejecutivos de PDVSA y sus socios comerciales.
Los trabajadores de Chevron que siguen bajo arresto podrían enfrentar cargos de traición a la patria tras negarse a firmar un contrato de suministro de piezas para hornos, según dijeron fuentes a Reuters esta semana.
La decisión de Chevron de retirar a parte de su fuerza laboral extranjera subraya las dificultades que enfrentan las petroleras internacionales y sus empleados para mantener operaciones en la crisis política y económica de Venezuela.
La medida podría afectar hasta a 30 personas que trabajan en la ciudad costera de Puerto la Cruz, aunque no está claro cuántas ya ha sacado Chevron del país.
Ante la consulta sobre el retiro de empleados, Chevron declinó el martes dar detalles sobre lo que calificó “asuntos de personal”, pero dijo que un “equipo ejecutivo” está trabajando en Venezuela y que las operaciones continúan.
En Nueva York, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, fue consultado sobre la situación.
“(Son) decisiones de Chevron, si hay algo que temer, lo más lógico es ponerse a la orden de las autoridades y demostrar inocencia, hay que hacerlo ante las autoridades correspondientes y no huir, pero ya eso, como le digo, es parte de la investigación que no manejamos”, dijo Arreaza en una conferencia de prensa transmitida por el canal estatal venezolano.
Ni PDVSA ni el Ministerio de Información del gobierno respondieron a las solicitudes de comentarios. La fiscalía, que no ha anunciado públicamente ningún cargo contra los empleados de Chevron, no respondió de inmediato un pedido de comentarios.
Chevron no tiene planes de abandonar el país y cree que la situación se estabilizará, dijo un empleado que conoce el proceder de la junta directiva. La firma no abandonó operaciones en otros entornos difíciles en el pasado, agregó la fuente, citando el encarcelamiento de empleados en Indonesia en 2013.
La compañía, la séptima mayor productora de petróleo del mundo con ingresos de 135.000 millones en 2017, opera en Venezuela principalmente a través de participaciones minoritarias en cinco proyectos con PDVSA.
Chevron tiene unos 150 empleados en su sede de Puerto La Cruz y dos oficinas más en el país. Sus ganancias de Venezuela cayeron un 18 por ciento el año pasado, a 329 millones, según documentos regulatorios.
Los arrestos señalan una escalada de las tensiones entre PDVSA y compañías extranjeras por el control de los contratos de suministro y el manejo de las empresas conjuntas, dijeron a Reuters fuentes familiarizadas con la disputa.
Las petroleras extranjeras enfrentan crecientes dilemas al operar bajo las leyes venezolanas. Si sus ejecutivos firman contratos sin seguir las políticas internas de sus compañías, corren el riesgo de violar los estándares de cumplimiento destinados a controlar los costos y evitar la corrupción.
Pero si rehúsan firmar contratos promovidos por PDVSA o el gobierno sin pasar por licitaciones, aumenta la tensión con su socia estatal, que tiene una participación mayoritaria en todas las empresas mixtas.
Las compañías que han evaluado una salida de Venezuela tienen opciones limitadas porque pocas firmas, si es que alguna, pagarían algo cercano al valor total de los activos en el país en medio de la actual crisis, según entrevistas con tres ejecutivos de firmas petroleras que operaron en Venezuela.
Pero mantener operaciones significa con frecuencia encarar pérdidas, la disminución del valor de sus participaciones e incluso la posibilidad de arrestos de una parte del personal.
La contracción del flujo de caja de PDVSA y el deterioro de su infraestructura han provocado una caída en el bombeo de 33 por ciento en el último año a 1,51 millones de barriles por día (bpd) en marzo, según datos reportados a la OPEP. El promedio de 2018 es la producción más baja de los últimos 33 años.
AUMENTAN LAS CAPTURAS
La merma de la producción, así como las capturas de ejecutivos de PDVSA señalados de corrupción, cobraron fuerza el año pasado luego de que el presidente Nicolás Maduro nombrara a un militar sin experiencia en la industria petrolera, el general Manuel Quevedo, como ministro de Petróleo y presidente de PDVSA.
Varios empleados extranjeros de Chevron y algunos ejecutivos locales y sus familias empezaron a partir de Venezuela la semana pasada luego de los arrestos, dijeron a Reuters las cuatro fuentes familiarizadas con sus salidas, que destacaron que los ejecutivos podrían regresar si las conversaciones entre Chevron y PDVSA para resolver la disputa tienen éxito.
Altos ejecutivos de Chevron han tenido reuniones con funcionarios venezolanos esta semana, dijeron dos fuentes.
Chevron y otras firmas buscan evitar que se repita lo sucedido con Exxon Mobil Corp y ConocoPhillips en Venezuela en 2007, cuando el gobierno de Hugo Chávez expropió sus activos tras no lograrse acuerdos para convertir los proyectos en empresas mixtas controladas por PDVSA.
“Ninguna compañía puede irse porque implicaría perder los activos”, dijo un exnegociador de la salida de Exxon en 2007. “En este punto, quedan pocas opciones”.
Los dos trabajadores de Chevron detenidos supervisaban las operaciones y procura en Petropiar, un proyecto de producción y mejoramiento de crudo propiedad de PDVSA y Chevron.
La firma estadounidense solicitó a los empleados asignados a Petropiar que no acudieran a las instalaciones operacionales, sino que trabajaran temporalmente desde la oficina de Chevron en Puerto La Cruz, dijo una persona familiarizada con la situación.
Otras petroleras han disminuido el valor de sus activos en Venezuela o han detenido la mayoría de las operaciones para dejar únicamente personal esencial.
Halliburton asumió este mes un cargo de 312 millones de dólares por sus operaciones en Venezuela, sobre otros 647 millones que registró el año pasado.
Otras firmas petroleras, incluida la francesa Total SA, han retirado personal extranjero en los últimos años y reducido sus inversiones a medida que las condiciones de vida de los trabajadores se deterioran.