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Merkel justificó estos recortes afirmando que “había que asegurar el futuro del país”.
El plan busca ahorrar 11.000 millones de euros en 2011 a costa de recortes relevantes para las carteras de trabajo y asuntos sociales, infraestructuras y construcción, así como defensa.
El punto más polémico tiene que ver con el despido de 10.000 empleados públicos y la reducción en un 2,5% del sueldo al resto.
El programa del gobierno alemán recorta profundamente el gasto social: se eliminará la ayuda por hijo para quienes vivan del seguro de desempleo, así como el suplemento de seguridad social. Al igual se eliminarán las ayudas de calefacción.
“Estamos en tiempos duros y difíciles. No nos podemos permitir ya todo aquello que deseamos si queremos diseñar el futuro”, dijo la canciller.
“Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”
Los sindicatos del país ya han advertido que si se aplican estas medidas habrá importantes movilizaciones de la clase trabajadora.
Portavoces de los principales sindicatos alemanes han criticado este plan del Gobierno por considerarlo “un importante retroceso en los derechos de los trabajadores”.