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Agencias

Miles de empleados de Google, entre los que figuran ingenieros veteranos, han firmado una carta de protesta contra la implicación de la compañía en el desarrollo de programas de inteligencia artificial y reconocimiento de imágenes en vídeo que podrían utilizarse para mejorar el sistema de apuntado de los drones militares.

El texto va dirigido al actual CEO de Google, Sundar Pichai y expone la opinión de un buen número de empleados que consideran que «Google no debería estar en el negocio de la guerra», que deberían retirarse del Proyecto Maven para desarrollo de drones más inteligentes y que anuncien que «nunca construirán tecnología bélica».

Esta posición no tiene por qué ser compartida por todos los empleados de Google (han firmado 3.000 de los 70.000 empleados que tiene la compañía), pero la política interna de la empresa suele reforzar estos comportamientos desde su fundación. Más allá del eslogán «Don’t be evil» que caracterizaba a Google en sus primeros años (ahora abandonado), la empresa cuenta con tablones y redes propias en la que los empleados pueden criticar y poner en duda decisiones de superiores o los productos que se desarrollan.

Esta carta lleva semanas publicada en estos sistemas, pero solo recientemente se ha hecho pública.Así es como se conoció el acalorado debate vivido en la compañía con respecto a la diversidad de sus empleados, algo que terminó por filtrarse a la esfera pública y que llevó al despido de un empleado que había elaborado un manifiesto sexista.

La participación de Google en el proyecto Maven ya se había puesto en entredicho dentro de la compañía en una asamblea, según informa The New York Times. Aunque se apuntó en todo momento que la participación se centraba en «usos no ofensivos», los empleados seguían desconfiando.Según Google y el Pentágono, el objetivo de esta colaboración nunca ha sido la creación de armas autónomas que puedan disparar sin intervención humana, sino mejorar los sistemas de reconocimiento para evitar muertes de civiles y personas inocentes en los ataques con drones.

Otras grandes compañías tecnológicas, como Amazon o Microsoft, colaboran habitualmente con el departamento de defensa de EEUU, pero esto no tranquiliza a los empleados, que señalan que «esto no hace la situación menos peligrosa para Google», pues, según ellos, «se puede dañar irreparablemente la marca y su habilidad para competir por talento».