Soldados de EEUU

Sputnik

EEUU tendrá que sacar sus tropas de Siria, ya que una guerra de guerrillas dirigida contra las tropas estadounidenses empieza a desencadenarse en este país árabe. Esta no es la única causa por la que Washington podría retirar sus tropas, opina Yakov Kedmi, exjefe del servicio secreto israelí Nativ. El otro motivo está relacionado con Rusia.

De acuerdo con Kedmi, Washington es incapaz de cambiar de manera radical su política en Siria y en el resto de Oriente Medio por una serie de razones. La primera razón radica en la posición que tiene el presidente de EEUU, Donald Trump, respecto al presupuesto militar del país estadounidense. El mandatario no entiende para qué hay que gastar siete billones de dólares en la región, que ya no tiene tanta importancia para Washington como hace una década.

Asimismo, el exjefe del servicio secreto israelí Nativ recordó que, hace varios días, la base estadounidense situada al oeste de Al Raqa fue atacada por las unidades prosirias.

Estados Unidos y los kurdos sirios pueden verse involucrados próximamente en una guerra de guerrillas y lo entienden perfectamente, opina Kedmi. La otra causa por la que Washington ni siguiera quiere pensar en atacar a las tropas sirias es porque Rusia las defiende.»Con Siria ya está todo claro. El último enclave [Guta Oriental] ha caído. Solo queda el pequeño territorio de Daraa, hacia donde se dirigen las tropas [sirias]. Si lo hacen bien, no necesitarán la ayuda de las milicias chiíes ni de Hizbulá. En este caso, nosotros [Israel] no intervendremos. Realizarán la operación de limpieza allí y posteriormente limpiarán Idlib junto a los turcos», señaló Kedmi, citado por los medios rusos.

El exjefe del servicio secreto israelí Nativ realizó estas declaraciones después de que el 29 de marzo Trump comunicara inesperadamente que EEUU se retiraría pronto de Siria.

Previamente, Kedmi había aseverado en declaraciones a la emisora rusa Vesti.FM que eran infundadas todas las conjeturas que apuntan a una gran guerra entre Rusia y EEUU en cinco o seis años. Washington nunca librará una guerra contra un enemigo que es capaz de responder dignamente, considera el analista israelí.