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Luego de la lectura del relator que mantenía la condena de Lula, el abogado de la defensa, Cristiano Zanin hizo uso de la palabra para hacer cuestionamientos en relación al voto. Como respuesta, el juez señaló que si el abogado quisiera, podría solicitar un recurso de declaración en relación a la sentencia, o sea, un pedido de aclaraciones de la decisión al propio Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF-4).

Ese es el único recurso posible ahora. Como la votación final terminó tres a cero, o sea, con unanimidad, no existe posibilidad de pedir otro recurso para reconsiderar la sentencia, emitida este miércoles (24). En el caso de dos a uno, este recurso sería viable.

Después de finalizados todos los trámites en el TRF-4, todavía hay posibilidades de un recurso especial al Supremo Tribunal de Justicia (STJ) y un recurso extraordinario en el Supremo Tribunal Federal (STF). En ambos casos, la defensa podrá solicitar que el presidente Lula responda en libertad, y también pedir que no se aplique la Ley de Ficha Limpia —que prohíbe que los condenados por organismos colegiados (formados por grupos) en segunda instancia sean candidatos—, en términos del artículo 26.

En caso de que Lula sea condenado, se abren dos caminos. Desde que el STF contrarió la Constitución y fue favorable al cumplimiento de la pena de la prisión en segunda instancia, hay posibilidades de que el petista sea preso. Además del costo político de esta decisión, existen movimientos entre los propios ministros del STF para que esta decisión se revea.

La segunda

La segunda posibilidad es que sea declarado inelegible. La condena por el TRF, mientras tanto, no impide a Lula de registrar su candidatura y recurrir a instancias superiores, como el Tribunal Superior Electoral y el propio STF.

Gisele Cittadino, profesora da Pontifícia Universidad Católica (PUC) de Río de Janeiro, e integrante del Frente Brasil de Juristas por la Democracia, resumió la situación política y legal de Lula. “Ese golpe, para consolidarse como golpe, va a tener que asumirse como golpe y suspender el proceso electoral de 2018. Porque aunque el presidente Lula sea condenado aquí, sigue como candidato (por lo menos) hasta el día 15 de agosto”, dijo.

Por tanto, sólo a partir de este día, 15 de agosto, que corresponde a la fecha para registrar las candidaturas, puede abrirse un proceso de impugnación, que transita de forma autónoma en la Justicia Electoral.

Según el Frente Brasil de Juristas por la Democracia, en un artículo para Brasil de Fato de preguntas y respuestas sobre el caso, transcurridos cinco días del registro de la candidatura podrá ser solicitada la impugnación de la candidatura de Lula con base en la Ley de Ficha Limpia.

“El TSE [Tribunal Superior Electoral] deberá realizar un proceso propio, que incluye intimación, respeto a la defensa amplia, realización de audiencias y análisis de las pruebas, para, ahí sí, decidir si hay razones para impugnar la candidatura. Especialistas en cálculo electoral entienden que, mismo habiendo cohesión en los órganos para apurar el proceso y definir el escenario electoral de 2018, los plazos son muy estrechos entre la decisión (que lo tornaría inelegible) y los recursos pasibles de ser utilizados, por lo que difícilmente el caso será juzgado antes de octubre. Durante todo ese tiempo, Lula deberá permanecer en campaña electoral. Por otro lado, existe la hipótesis de que el partido substituya su candidato hasta 20 días antes de la contienda, o sea, dependiendo del escenario, hasta el 16 de setiembre el PT podrá cambiar de candidato, independientemente de Lula seguir en campaña al lado del nuevo candidato elegido”, afirmaron los juristas.

Con información de: Brasil de Fato