Desde entonces esos ex esclavos vagan por el mundo, incitando y provocando violencia, odio, rencor y muerte. Convertidos en parias de su propia maldad, planificaron guerras catastróficas, con las cuales se proveyeron de fortunas inmensas. La obra cumbre de su venganza contra la humanidad la consiguieron en la segunda guerra mundial, cuando impusieron sus planes elaborados por al padre del sionismo Theodor Herzl. Según esta secta diabólica, ellos tendían que controlar o dominar al mundo, económica, política y militarmente, para ello necesitarían de la creación de un estado que los aglutinara, que los recogiera de la dispersión a la cual, les condenó su Dios demoniaco. Así tomaron posesión económica de las naciones más fuertes militarmente y las pusieron a su servicio. Hoy Estados Unidos, Inglaterra y parte de su ex enemigo, Alemania, están bajo la dominación económica de esta secta sionista. Desde esa plataforma de apoyo y gracias a la estrategia de victimizarse como religión en la segunda guerra mundial, lograron imponer la creación del estado Israelí, desde donde se ejecutan políticas y acciones que siembran terror en el mundo pero que siempre los hacen presentarse a ellos como las victimas. Lograron imponer la matriz mundial, de que sus caídos, fueron más que los de Rusia, o Polonia, o Francia, o Alemania, cuando la verdad es otra. Incluso muchos de los miembros de la secta sionista, se cuadraron con Hitler para atacar a los de su misma religión y despojarlos de sus riquezas.
Pasando páginas de triste y criminal historia. Encontramos a estas insensibles bestias ejerciendo un terrorismo globalizado, desde América, pasando por África, Asia, Oceanía y Europa, imponiendo masacres, de las cuales acusan a otros de cometerlas, para tener así la justificación de seguir aplicando su maquiavélica mentira. De esa manera, bajo su dominio, Estados Unidos, ha llevado la guerra a los mas alejados rincones del mundo, se han inventados todas las mentiras posibles para imponer sus intereses. Han invadido naciones, han destruido la integridad de otras, han masacrado pueblos enteros, han producido enfermedades en laboratorios, para luego ganar millonarias sumas de dinero vendiendo los antídotos, atacan a cualquier pueblo que no comulgue con sus dictámenes, incentivan la producción y consumo de drogas mediante sus medios masivos de comunicación. En fin esas gentes se convirtieron en una plaga destructiva para la humanidad.
Su ultima hazaña, la de asesinar a sangre fría a unos pacifistas que solo llevaban víveres, medicinas, agua y materiales de construcción a la destruida palestina, los termina de desnudar como lo que son: unos depravados terroristas capaces de asesinar a quien sea, donde sea y cuando sea, pregunto yo ¿que dios benévolo puede avalar semejantes atrocidades? De allí que descorro el velo y acuso a ese Dios de esa secta Sionista, aliada con el sionismo católico http://www.webislam.com/?idt=
Lo que realmente pasa es que ese diablo derrotado en los albores de la historia, se vale de artificios y mañas para engañar a la humanidad, se presenta como benévolo, pero defiende a los hacedores de maldad, sacrifica pueblos inocentes para satisfacer a una nación inmoral, asesina y fornicadora, inventora de tecnologías para la muerte y de un sistema social basado en la explotación del hombre por el hombre y permite que su nombre se escriba en la moneda símbolo de la usura y el despojo, de las cosas producidas por los hombres y mujeres con esfuerzo. No señores Uds. son hijos predilectos del diablo, por eso bombardean, matan mujeres, niños, ancianos, atacan naves desarmadas, destruyen escuelas, hospitales, roban las casas y sus terrenos a los palestinos y hasta los matan dentro de ellas con sus enseres y familias. Uds. no respetan el dolor ajeno, al contrario se deleitan con el y por eso se empeñan en producirlo a caudal. Por eso Uds. tendrán su segunda y definitiva derrota ya no en los cielos, sino aquí en la tierra. Su verdadero destino manifiesto es ser erradicados del seno de la humanidad junto su maldad. No se trata de atacar a un Dios, se trata de desenmascarar a un demonio y sus huestes asesinas.