El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergueí Lavrov, dijo hoy en Bakú que todos los países miembros de Mercosur, además de otras naciones de la región latinoamericana, «hacen cola» para cerrar acuerdos con la Unión Económica Euroasiática (UEE) liderada por Rusia.
«Ya tenemos una cola de países que quieren cerrar acuerdos con la Unión Económica Euroasiática, ya sean de libre comercio o de cooperación. Incluidos países como Chile y toda la organización Mercosur», dijo Lavrov durante su intervención ante los estudiantes de la Academia Diplomática de Azerbaiyán.
En su visita a Moscú la semana pasada, el canciller de Argentina, Jorge Faurie, apostó por impulsar el acuerdo entre Mercosur y Rusia, pero también abrir la puerta al diálogo entre Mercosur y la UEE, liderada por Moscú e integrada además por Kazajistán, Kirguizistán, Armenia y Bielorrusia.
El Mercado Común del Sur (Mercosur) está integrado por Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela, aunque el estatus de miembro de este último país está suspendido desde agosto de este año.
Lavrov inició hoy una gira de dos días por Azerbaiyán y Armenia durante la que se reunirá con sus colegas: el azerbaiyano Elmar Mamediárov y el armenio Edvard Nalbandián.
El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán por la autoproclamada república secesionista de Nagorno Karabaj será uno de los temas centrales de las reuniones.
«Trataremos de saber en qué punto nos encontramos en cuanto a los esfuerzos para solucionar el conflicto de Karabaj», dijo la semana pasada el propio Lavrov al comentar su gira al Cáucaso Sur.
El conflicto de Nagorno Karabaj se remonta a los tiempos de la Unión Soviética, cuando ese territorio azerbaiyano poblado mayoritariamente por armenios pidió su incorporación a la vecina Armenia, tras lo cual estalló una guerra que causó unos 25.000 muertos.
Al término de los combates, las fuerzas armenias se hicieron con el control del Karabaj y también ocuparon vastos territorios azerbaiyanos, que denominan «franja de seguridad» y que permitió unir la región a Armenia.
Azerbaiyán exige que Armenia abandone los territorios ocupados, que conforman cerca del 20 % de la superficie total del país.