Los enviados del presidente Barack Obama esperan intercambiar opiniones con autoridades sureñas acerca del desastre ecológico que afecta áreas del Golfo de México desde fines de abril último.
La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, y el secretario del Interior, Ken Salazar, viajaron acompañados de congresistas demócratas y republicanos en una misión además para sobrevolar zonas perjudicadas.
La legación federal prevé reunirse en el sur del país con representantes de la empresa británica British Petroleum (BP), que aceptó pagar una indemnización de 75 millones de dólares por el derrame.
Hemos pedido 75 millones de dólares de indemnización y han aceptado, hemos pedido transparencia para que muestren un vídeo en directo sobre el vertido y también han aceptado, explicó Salazar.
Según el funcionario norteamericano, la Ley Nacional de Contaminación Petrolera promulgada en 1990, fija 75 millones de dólares como lo máximo que podía pagar BP, aunque varios legisladores pidieron más dinero.
El pasado viernes la Casa Blanca alegó haber hecho todo lo posible para combatir la marea negra del Golfo de México, en un contexto de frustración ambiental frente a una catástrofe que crece por horas.
El portavoz de Obama, Robert Gibbs, indicó que Washington no asumió enteramente el control de las operaciones tras la explosión de Deepwater porque confió en la profesionalidad del personal en BP.