A mediados de 2014, Wikileaks filtró el contenido de una negociación clandestina de medio centenar de gobiernos que buscaban establecer un acuerdo mundial de comercio internacional que abarcaba el 68,2% de servicios y que también cubría el flujo fronterizo de datos; entre ellos, estaba Chile. “En una maniobra antitransparencia significativa por las partes, el borrador ha sido clasificado para mantenerlo secreto no solamente durante las negociaciones, sino por un periodo de cinco años después de que TISA (Acuerdo en Comercio de Servicios) entre en vigor”, señaló el día de la publicación el sitio de Julian Assange.
Aunque a 3 años años de la filtración, el acuerdo –del cual Chile participa– se mantiene suspendido, organizaciones de la sociedad civil temen que el contenido vuelva a tratarse en la undécima conferencia ministerial de la OMC, que se realizará en diciembre en Buenos Aires. Si bien no se hablará de TISA directamente, sí se pondrá sobre la mesa la situación del comercio electrónico.
“Es positivo que se discuta sobre el comercio electrónico, pero el contenido debería ser diferente”, señala Christina Colclough, directora de UNI Global Union –con sede en Suiza–, una organización que representa a más de 20 millones de trabajadores dedicados al servicio y se ha especializado en digitalización y protección de datos de los trabajadores”.
TISA y Chile
Para Pablo Viollier, de la organización Derechos Digitales, el Acuerdo en Comercio de Servicios posee grandes similitudes con el TPP, “lo que es razón suficiente para preocuparse”. “TISA es un tratado que se negocia paralelamente a los tratados de la OMC, pero usando sus mismos mecanismos y esto es porque los países desarrollados sentían que estaba estancada la agenda de avanzar en la liberalización de servicios, por la oposición de los países en vía de desarrollo. Entonces, como eso no estaba avanzando a nivel de OMC, se estableció este tratado multilateral que es sobre servicios”, precisa.
Viollier cree que las partes más preocupantes del acuerdo tienen que ver con el flujo transfronterizo de datos personales, en donde no se exige que el país que recibe esos datos personales tenga un nivel adecuado de protección de los mismos, como por ejemplo lo tiene la Unión Europea, donde los datos de sus ciudadanos solo pueden ser recibidos por estados que tengan un cierto nivel de protección.
Pese a la preocupación por el hecho de que el tema del comercio electrónico considere el debate de TISA, el embajador de Chile ante la OMC, Héctor Casanueva, señala que no está previsto que este acuerdo se considere en Buenos Aires. “Pese al interés de muchos de los países participantes, dada la coyuntura actual, no hay señales de que se vaya a reactivar en el corto plazo la negociación de este acuerdo, la que por el momento está en stand by”, señala, y enfatiza: “El TISA es un acuerdo plurilateral de servicios promovido por un grupo significativo de miembros de la OMC, que se negocia en Ginebra, pero desde el punto de vista institucional se desarrolla fuera del marco de la organización”.
Pero hay más, según Viollier: “También está la prohibición de que los gobiernos puedan establecer políticas públicas de revelación de código fuente, que nosotros creemos que puede ser una obstrucción para la implementación de políticas de código abierto de software y con temas de localización de servidores. Es decir, que los países no puedan exigir que los servicios que operen en su país tengan que establecer los servidores en el mismo país. Esos mismos temas, que son de comercio electrónico, hoy también se están empezando a negociar en la OMC. De hecho, en Buenos Aires lo que se busca es sacar un mandato para comenzar a negociar temas de comercio electrónico”.
Pese a la preocupación por el hecho de que el tema del comercio electrónico considere el debate de TISA, el embajador de Chile ante la OMC, Héctor Casanueva, señala que no está previsto que este acuerdo se considere en Buenos Aires. “Pese al interés de muchos de los países participantes, dada la coyuntura actual, no hay señales de que se vaya a reactivar en el corto plazo la negociación de este acuerdo, la que por el momento está en stand by”, señala, y enfatiza: “El TISA es un acuerdo plurilateral de servicios promovido por un grupo significativo de miembros de la OMC, que se negocia en Ginebra, pero desde el punto de vista institucional se desarrolla fuera del marco de la organización”.
Casanueva sostiene que, aunque el TISA aún está en negociación, el acuerdo abre nuevas e importantes oportunidades para la internacionalización del comercio de servicios de Chile.
“Con el TISA, nuestros exportadores de servicios tendrían un acceso preferente a mercados que representan aproximadamente el 70% del comercio mundial de servicios, con algunos de los cuales Chile no tiene acuerdo de servicios. Ello sería posible al establecerse normas actualizadas y de alto estándar, que abarcan temas y sectores de gran relevancia para el comercio actual, como buenas prácticas regulatorias, servicios profesionales, comercio electrónico, telecomunicaciones, transporte y servicios financieros”, detalla.
El poder de los datos
Según Colclough, las potencias del comercio electrónico son principalmente estadounidenses, porque las mayores empresas del mundo por capitalización bursátil son Alphabet (la compañía matriz de Google), Apple, Facebook y Amazon, conocidas coloquialmente como GAFA, más Microsoft.
En un análisis que efectuó la abogada y profesora de la Universidad de Auckland, Jane Kelsey, con TISA se intentará eliminar la capacidad de los gobiernos de regular sus tecnologías, servicios y prácticas, independientemente de las nuevas tecnologías que puedan evolucionar, aparte de sus impactos económicos, sociales, ambientales o de desarrollo.
“Estarían prohibidas las estrategias y las políticas de apoyo a la economía y los empleos nacionales y que obligarían a las empresas a transferir tecnología o almacenar datos. Se eliminarían los requisitos de que un inversionista extranjero que se establezca en el país anfitrión cumpla claramente con las reglas y leyes de ese país. Todo ello en fuerte contraste con la Declaración de Ministros de Trabajo y Empleo del G20, que enunció que animarían a las empresas a promover el trabajo decente, incluso mediante la transferencia de tecnología y acuerdos marco internacionales, según proceda”, puntualiza el texto de Kelsey.
Respecto a la posibilidad de que los datos personales crucen fronteras, Colclough señala que este tipo de información se ha transformado en “el nuevo petróleo y vale una cantidad de dinero enorme y desconocida”. Hay quienes estiman que el 20 o 30% del PIB mundial se verá comprometido con la venta de datos en pocos años.
“La protección de datos es importante. Para proteger la identidad e información personal, como datos de salud, información financiera, preferencias políticas, etc., necesitamos protecciones que prohíban que los datos caigan en manos equivocadas por razones obvias. Vimos cómo las elecciones estadounidenses han sido manipuladas por la minería de datos. El Brexit también”, cierra Colclough.
(N.d.R. – versión original de esta nota tenía una traducción incompleta de una frase de la entrevista con Christina Colclough)
*Fuente: El Mostrador