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El yuan se convirtió en la cuarta divisa más utilizada para los pagos transfronterizos durante el pasado mes de agosto, situándose por primera vez por encima del yen japonés. En su nuevo artículo para la revista ‘Fortune’, la economista Linda Lim analiza las perspectivas de la moneda china en la arena internacional y los efectos de su internacionalización para la economía mundial.
La analista sostiene que aún es pronto hablar de la inclusión del yuan en la lista de monedas de reserva del FMI, ya que «todavía representa una pequeña fracción de los pagos mundiales, un 2,45%», y solo un 1% de las reservas asignadas de otros países, en comparación con un 64% del dólar, a pesar de que China tiene la misma participación en el comercio mundial que EE.UU.: alrededor del 12%.
«En otras palabras, el yuan está insuficientemente representado en los pagos y las reservas en relación con su participación en el comercio mundial, mientras que el dólar está sobrerrepresentado, debido a su popularidad entre los inversores y los gobiernos de los mercados de capitales grandes, líquidos y seguros de EE.UU.», explica la experta.
Por otro lado, prosigue, en estas circunstancias «las fuerzas del mercado por sí solas deben conducirnos a esperar que la participación del yuan suba y la del dólar caiga con el tiempo».
«Utilizar la misma moneda en los pagos e ingresos en el comercio y la inversión reduce los costos de transacción, el riesgo cambiario y la exposición a la volatilidad, de manera que más gente va a querer usar el yuan a medida que sus transacciones con China aumenten», pronostica Lim.
Alejamiento del comercio
«La participación de China en el PIB mundial (el 13,3% en términos nominales en 2014) probablemente aumentará a medida que su economía siga superando la media de otras grandes economías», opina la autora del artículo.
No obstante, la analista advierte de que «el uso del yuan para los pagos y las reservas puede aumentar a un ritmo más lento si China se aleja de una economía impulsada por el comercio».
«Esto se debe a que China planea reducir su dependencia a un crecimiento impulsado por las exportaciones y aumentar la proporción del consumo interno en el PIB (que actualmente es muy bajo)», detalla la experta.
El difícil camino hacia una moneda de reserva
Según la analista, para volverse una moneda de reserva del FMI, el yuan tiene que cumplir con varios criterios que lo convertirían en una divisa «de libre uso»: es decir, la que puede ser fácilmente comprada y vendida por cualquier persona y en cualquier momento.
Estos criterios incluyen una tasa de interés determinada por el mercado, flexibilidad y convertibilidad del tipo de cambio, una cuenta de capital más abierta, así como una cuota significativa de las reservas oficiales, pasivos bancarios internacionales y títulos de deuda globales.
Las fuerzas del mercado por sí solas deben conducirnos a esperar que la participación del yuan suba y la del dólar caiga con el tiempo
«Mientras que muchos pasos se han dado en esta dirección, algunos de ellos hace muy poco, ninguno de estos criterios está cerca de ser alcanzado plenamente», sostiene Lim, quien explica que «todo esto requiere reformas nacionales de mercado financiero, política y técnicamente difíciles».
Además, desde el punto de vista de la economista, «incluso si el FMI designa al yuan como moneda de reserva, esto no significa que su uso como tal se eleve rápidamente o en gran medida», ya que primero habrá que ganarse la confianza de los bancos y los inversores.
Ventajas y desventajas
A juicio de la experta, independientemente del visto bueno del FMI, la ‘internacionalización’ de una moneda —cuando ésta se vuelve ampliamente utilizada en el sistema monetario mundial— conlleva una serie de beneficios.
Uno de ellos es el llamado ‘señoreaje’: los ingresos que obtiene el emisor del valor de una moneda por encima del costo de producción de la misma. Otras ventajas, según Lim, incluyen una política monetaria más flexible, lo que permite un crecimiento más rápido, así como la capacidad de endeudarse e invertir a nivel internacional en su propia moneda, evitando así el riesgo de cambio.
Tanto China como la economía mundial se beneficiarán de un mayor uso internacional del yuan
Por otro lado, también hay desventajas, como la pérdida de control sobre la eficacia de la política monetaria y la exposición de la economía nacional a los flujos desestabilizadores mundiales de capital.
Sea como fuera, Pekín parece estar dispuesto a asumir estos riesgos, por lo cual, en perspectiva, «tanto China como la economía mundial se beneficiarán de un mayor uso internacional del yuan», asegura la experta.
Así, Lim explica que «China se beneficiará de las reformas de los mercados financieros nacionales que requiere la internacionalización, mientras que el resto del mundo tendrá una cesta de divisas más diversa para financiar el comercio y la inversión y mantener reservas, reduciendo la excesiva dependencia actual del dólar de EE.UU.»
«Pero antes de que podamos llegar a esto, China tiene que seguir adelante con importantes reformas de su sistema financiero nacional, lo cual no será rápido, ni tampoco fácil y seguro», concluye la analista.