Lula reconoció sentir tristeza por no poder obtener la distinción de la Universidad Federal del Recóncavo de Bahía (UFRB), fundada por él en 2005, pero dijo que en cambio se sentía feliz de ver a hijos de trabajadores formándose en la educación superior.
«El mayor legado que yo podría dejar para Brasil era hacer que los jóvenes que nacieron pobres llegaran a la universidad, ustedes no saben mi felicidad al ver que un hijo de albañil se convirtió en doctor o una hija de empleada doméstica que se volvió médica», expresó.
El exmandatario, quien recordó que a pesar de no haberse graduado fue quien más títulos de Doctor Honoris Causa recibió (28), se refirió a la crítica situación por la que atraviesa la nación amazónica.
«Si este gobierno que está destruyendo Brasil y acabando con la autoestima del pueblo no sabe arreglarlo, nosotros vamos a hacerlo», subrayó antes de afirmar que «si los políticos que tienen diploma no saben gobernar, tal vez sea necesario que un tornero mecánico vuelva a gobernar».
Igualmente, a los estudiantes de la URFB los instó a valerse de la política para recomponer el país. «La juventud no puede negar la política, necesita saber que no hay salida fuera de ella, nada de quedarse con tiempo ocioso, el tiempo es de estudiar, de aprender y de luchar», dijo.
En su segundo día en suelo bahiano, donde comenzó la víspera un recorrido por nueve estados del nordeste brasileño, asistió también al IV Festival de la Juventud del municipio de Cruz de las Alas, donde pidió a la juventud asumir el destino de Brasil.
Lula, condenado en primera instancia a nueve años y medio de prisión por corrupción y que atribuye los procesos judiciales en su contra a una persecución política, aseguró que quienes quieren alejarlo de la política están con más miedo de lo que puede hacer en el futuro que de lo que ya hizo.