También ofrecerá a los empleados públicos una jornada laboral más corta, también con el objetivo de reducir un enorme déficit presupuestario que le costó a Brasil su calificación crediticia de grado de inversión, según reseña el portal de noticias Nodal.
El ministerio aseguró en un comunicado que el plan sería anunciado esta semana.
Las estimaciones de ingresos y gastos del gobierno publicados la semana pasada muestran pagos por nóminas para este año de 284.500 millones de reales. Eso marca el segundo mayor desembolso después de la seguridad social, que totaliza un estimado de 559.800 millones de reales, según la administración federal.
Una recesión de dos años redujo los ingresos fiscales y obligó al Gobierno a congelar gastos mientras busca cumplir con una meta de déficit presupuestario para este año de 139.000 millones de reales.
La turbulencia política provocada por acusaciones de corrupción contra el presidente Michel Temer retrasó la aprobación en el Congreso de una impopular revisión al sistema de pensiones de Brasil, que según expertos es la principal causa del déficit de presupuesto.
No es un dato menor que el mandatario de facto de Brasil, Michel Temer, logró hace un par de semanas que se aprobara una reforma laboral que evidencia la explotación y precariedad social en pleno siglo XXI y es profundamente negativa para los trabajadores porque afecta todas las modalidades de empleo, sus derechos y garantías.
De acuerdo al Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (Pnad por sus siglas en portugués) durante el gobierno de Temer se han dado, en promedio, 20 mil despidos por día.