A su llegada a Downing Street, residencia oficial de los primeros ministros británicos, Cameron señaló los graves «desafíos» que afronta el país e indicó que hay «restablecer la confianza en nuestro sistema político».
Para lograrlo, él y el líder liberal demócrata, Nick Clegg, están dispuestos a superar sus diferencias para garantizar un gobierno estable.
Cameron se convirtió en nuevo primer ministro del Reino Unido después de que la reina Isabel II le encargara la formación de un nuevo gabinete.
Con 43 años, Cameron, que acudió a la audiencia acompañado de su esposa Samantha, será el primer ministro más joven que ha tenido Gran Bretaña desde el siglo XIX.
Después de su reunión con la soberana, el líder «tory» se trasladó al número 10 de Downing Street, donde en los últimos tres años ha residido Brown, tras suceder a su correligionario Tony Blair en el 2007.
Al llegar a su nuevo hogar, Cameron rindió tributo a su predecesor por su «historia de servicio público».
Al no obtener la mayoría absoluta en las elecciones del 6 de mayo, donde los «tories» ganaron 306 escaños de los 326 necesarios, el Partido Conservador se vio obligado a negociar con los liberales de Clegg.