Se produjo el 9 de mayo en la empresa y se trata de un hecho sin precedentes en la Argentina que asusta: fue contaminado con material radiactivo puesto en una botella de agua que no encuentra otra explicación más que el de un hecho deliberado de envenenamiento por radiación, consignó el diario Ámbito Financiero.
Este suceso reviste una gravedad internacional por tratarse del manejo irregular de agua pesada bajo control de la estatal Nucleoeléctrica. El hecho fue anoticiado por los detectores de radiación colocados en los portales de la compañía y que dispararon una alarma que daba cuenta de la irregularidad.
La presencia de material radiactivo en el cuerpo del dirigente-que se encuentra fuera de peligro- fue más llamativa por no pertenecer al personal autorizado para acceder al reactor nuclear. La investigación interna, todavía en marcha, determinó que la botella de su propiedad que había sido deliberadamente contaminada.
Según el gremialista, el nivel de radiación hallado en su cuerpo, según los estudios preliminares, «oscila entre 130 y 180 milisieverts, cuando la medida máxima tolerada para un trabajador expuesto a la actividad del reactor nuclear es de 20 milisieverts por año».
Se trata de un hecho inédito en los 62 años de historia de la energía nuclear en la Argentina y pone de manifiesto una violación a los estrictos protocolos internacionales de seguridad en la empresa, que podría perjudicar las negociaciones con China para la construcción de Atucha III y de una quinta central.