AFP / La Jornada
El vertido de crudo que contamina el Golfo de México alcanzó una isla de Luisiana, dijo una fuente oficial este jueves, en lo que es el primer impacto en tierra confirmado del gigantesco derrame provocado por una plataforma siniestrada de la británica BP.
«Los equipos confirmaron que hay petróleo en la isla Freemason», dijo el oficial de la Guardia Costera, Connie Terrel.
«Es en la punta sur de las islas Chandeleur», precisó.
Mientras esto ocurre, se anunció que una estructura en forma de cúpula destinada a contener el masivo derrame de petróleo en el sur de Estados Unidos llegó este jueves al sitio donde un pozo dañado ha estado despidiendo millones de litros de crudo al Golfo de México.
La cúpula de contención de 100 toneladas –un silo blanco con un techo en forma de domo de cinco pisos de alto– fue trasladada abordo de la barca Joe Griffin al epicentro del desastre, a 80 km de la costa de Luisiana, dijo el suboficial de la Guardia Costera Brandon Blackwell.
La estructura será bajada al fondo del mar este jueves, unos mil 500 m bajo la superficie, para permitir que el crudo que se escapa del pozo sea bombeado hacia un barco petrolero en las cercanías, según la británica BP, operadora de la plataforma que originó el desastre.
La laboriosa tarea de transportar el domo, descenderlo precisamente sobre la filtración y sujetarlo al barco tomará cinco días, con lo cual las autoridades esperan que esté operativo para el próximo lunes.
La operación, que nunca se ha intentado a tanta profundidad, no necesariamente evitaría el desastre ecológico y económico que amenaza las reservas naturales pantanosas y los vitales hábitats pesqueros.
La firma, que logró sellar uno de los tres puntos de pérdida, también utiliza submarinos robotizados para monitorear el flujo de petróleo en los otros dos puntos, perfora un pozo de emergencia –un operativo que tomará tres meses en completarse–, lanza dispersantes sobre el petróleo y despliega una barrera flotante para proteger la costa.
El inmenso derrame amenaza una vasta superficie y se teme que sea llevado por la corriente de Golfo de México hasta los cabos de Florida.
Una preocupación es el impacto del crudo tóxico en las playas y reservas naturales de Florida, como las de los cabos y el santuario marino de las islas Dry Tortugas, que incluyen algunos de los mayores y mejor preservados arrecifes de coral en el mundo.
«Sería trágico si la contaminación aún indirectamente afecta el coral», dijo Diego Lirman, experto en corales en a Universidad de Miami.