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Establecer un procedimiento para declarar la insolvencia de un estado, de manera que pase a estar bajo tutela, como una empresa en bancarrota. La canciller alemana Angela Merkel ha lanzado esta propuesta en el Bundestag, durante el debate para la aprobación de la aportación alemana al plan de rescate griego. Lo decía muy claro: “En caso de extrema urgencia, hace falta un proceso de insolvencia de un país miembro”.

Merkel pedía así, finalmente, el apoyo de la cámara a este plan de rescate a Grecia, en medio de las críticas de la oposición, que acusa a la canciller de haber aplazado una decisión que es muy impopular en Alemania.

“No quiero estar del lado de ésos que en un tono casi chauvinista critican a Grecia”, afirmaba la diputada de Los Verdes Claudia Roth, “Ellos no han entendido que Alemania es uno de los países que se más han beneficiado de la Unión Europea”.

Pero muchos piensan que Alemania no tiene por qué responder de los problemas financieros de Grecia. Y amenazan con acudir al Tribunal Constitucional para evitarlo. Para el economista Wilhelm Hankel, además, esto no es más que un parche.

“No se trata sólo de Grecia. Detrás de Grecia están Portugal, España, Irlanda. He calculado la deuda acumulada por este grupo de países. Y es una cifra desorbitada. Europa no puede pagarla. Los contribuyentes no pueden pagarla”.

 

Este martes, la bolsa española se desplomaba entre “rumores”, de la supuesta preparación de una ayuda financiera internacional para España. Unos rumores que Moncloa desmentía. A primerísima hora de la mañana, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega recordaba que la deuda pública española está un 20% por debajo de la media europea. Y afirmaba tajantemente que no hay peligro de ningún tipo de contagio. “España siempre ha hecho sus deberes”, señalaba.

De momento, la Comisión Europea ha mejorado sus cálculos para España en sus previsiones de primavera, una buena noticia en plena tormenta financiera.