El veto a la carne brasileña se dio a pesar de que presidente de Brasil, Michel Temer, tuvo una serie de reuniones con embajadores y de las numerosas garantías que el gobierno ha ofrecido de que su carne es segura
El escándalo por la venta de carne caducada en Brasil se agudizó el lunes debido a que la Unión Europea, China y Chile suspendieron algunas importaciones de cárnicos provenientes del país más grande de América Latina.
Ello representa un duro golpe para Brasil, uno de los mayores exportadores de carne en el mundo, que busca salir de su peor recesión en décadas.
El veto a la carne brasileña se dio a pesar de que presidente de Brasil, Michel Temer, tuvo una serie de reuniones con embajadores y de las numerosas garantías que el gobierno ha ofrecido de que su carne es segura.
En declaraciones a la prensa en Bruselas, el portavoz de la Unión Europea, Enrico Brivio, dijo el lunes que las empresas implicadas en los sobornos tendrán prohibido enviar carne al bloque temporalmente.
La UE «garantizará que todo establecimiento que participó en el fraude sea vetado», aseveró Brivio, que no señaló por su nombre a las compañías afectadas ni precisó el tiempo que la medida estaría en vigor.
Pocas horas después, el ministro de Agricultura brasileño, Blairo Maggi, dijo que China suspendió la descarga de carnes brasileñas en sus puertos. Maggi minimizó la medida al afirmar que las autoridades chinas estaban en el proceso de solicitar más información.
«No hay ningún embargo chino», afirmó Maggi ante la prensa en Brasilia. «Lo que tenemos son contenedores allá que no pueden salir del puerto hacia los mercados locales».
Chile adoptó una medida similar, anunció Angel Sartori, director nacional del Servicio Agrícola y Ganadero.
El viernes, la policía emitió 38 órdenes de arresto relacionadas con las grandes empacadoras de carne JBS y BRF. Ambas compañías niegan haber incurrido en irregularidades.
En un comunicado emitido el lunes, JBS dijo que ha sido «vinculada de manera inapropiada a esta historia».
«No existen acusaciones en la orden del juez de que JBS o su administración violaron la seguridad alimenticia o los estándares de calidad del producto o se involucraron en irregularidad alguna», indicó la compañía. «La investigación se enfoca en las acciones de los Inspectores Federales de Carne de Brasil».
La noche del lunes, el gobierno brasileño informó que prohibía la exportación de carne de 21 plantas bajo investigación, pero que no se afectarían las ventas para consumo interno.
Según los investigadores, varias compañías sobornaron a inspectores sanitarios para que permitieran la comercialización de carnes caducadas. Las compañías supuestamente mejoraron la apariencia y el olor de las carnes caducadas aplicándoles sustancias químicas y productos baratos como agua y harina de mandioca. Tres plantas fueron clausuradas.
Temer sostuvo una reunión de emergencia el domingo con los embajadores de diversos países. Les garantizó que las carnes nacionales eran seguras y los invitó a comerlas en un restaurante que prepara asados estilo brasileño.
El lunes, Temer, en un nuevo intentó de sosegar las preocupaciones, afirmó que la industria de los cárnicos de Brasil no debe ser juzgada por una sola investigación.
«El sector agropecuario es muy importante para nosotros en Brasil y su imagen no debe ser manchada por un pequeño núcleo» de malos actores, afirmó Temer en declaraciones ante la Cámara Estadounidense de Comercio en Sao Paulo.
Brasil fue en 2016 el mayor productor de carne bovina en el mundo y uno de los principales exportadores, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. También es un exportador de peso de productos de pollo y cerdo.
El lunes, los inspectores sanitarios efectuaron sus labores en diversas ciudades.
Marcia Rolim, jefa de inspecciones sanitarias municipales de Río de Janeiro, dijo que las revisiones de rutina fueron intensificadas por la investigación. Los investigadores recolectaron para su análisis varias carteras de carne. Algunos paquetes de carne de al menos un supermercado al parecer estaban en mal estado y tenían un color verdoso.
Mientras buscaba carnes el lunes en un supermercado, Carla Simone Macedo dijo haber visto periódicamente productos que parecían reempaquetados.
Antonio Fernando, otro cliente, consideró la pesquisa «una exageración».
«Tenemos muy buenas carnes», dijo Fernando, aunque celebró la presencia de un número mayor de inspectores.