Diario Registrado,- Las calles aledañas valladas, protestas de docentes, de organizaciones sociales e investigadores por el centro porteño, anticiparon la tensión que luego se vería en el Congreso. Es que pese a que las fuentes del Gobierno habían informado que Maurcio Macri no hablaría de la ‘pesada herencia’, su discurso estuvo cargado de referencias al pasado gobierno que desataron gritos y recordatorios por el reciente escándalo por el Correo Argentino.
«Son muchos los que ponen palos en la rueda, pero eso no nos tiene que desanimar», dijo el Presidente este miércoles pasadas las 11.45 cuando se dirigió a todos los presentes en el Congreso. Y agregó: «El país está cambiando, Argentina se está poniendo de pie».
Tras repetir las frases del panfleto de campaña que piden apostar al «diálogo» y el trabajo en «conjunto», el jefe de Estado dijo que el objetivo que más le preocupa es el de «pobreza cero» y pidió que juzguen su administración en base a los avances y retrocesos en esta materia.
«Mi principal preocupación es reducir la pobreza, espero que nos evalúen por este objetivo. Tenemos que garantizar oportunidades para todos», dijo.
Aunque durante la hora que habló no se refirió al desempleo, ni al cierre de empresas, Macri destacó el aumento de las asignaciones sociales y la cantidad de personas que lo reciben. También señaló las obras de infraestructura y prometió que para 2019 «el cien por cien de las personas que viven en el conurbano tendrán cloacas».
La primera tensión en el Congreso se produjo cuando el Presidente se refirió a la Educación y cargó contra el titular de Ctera, Roberto Baradel, quien lidera la protesta docentes bonaerenses por el cierre de paritarias y denunció que fue amenazado estos días.
Macri se refirió con preocupación a los docentes que por estos días fueron agredidos por alumnos o padres, para luego afirmar que son ellos los docentes deben ser cuidados. «No creo que Baradel necesite a nadie que lo cuide», señaló desoyendo el pedido de protección del sindicalista.
El segundo momento de tensión se produjo cuando Macri se refirió a la situación energética. El jefe de Estado aseguró que hubo una «década de despilfarro y corrupción», y en ese momento legisladores de la oposición le recordaron el episodio reciente del escándalo del Correo en el que el Estado estuvo a punto de condonarle 70 mil millones de pesos de deuda a Franco, padre el primer mandatario y exdueño de la empresa.
Un episodio similar se repitió cuando minutos más tarde, cuando afirmó que «la corrupción es una trampa de los argentinos» y que la obra pública «dejó de ser un sinónimo de corrupción».
«La corrupción se combate con transparencia e integridad», dijo y los congresales opositores estallaron con la frase, al tiempo que la bancada oficialista intentó tapar las críticas con aplausos.
Sobre la inflación, Macri pidió que los argentinos tengan «confianza» en que se bajará y se basó en los números del segundo semestre para afirmarlo. «Tenemos que tener confianza en que la inflación estará bajo control», dijo y agregó que «la inflación del segundo semestre fue del 8 por ciento, que anualizada es más baja desde el 2008». «Los gobiernos anteriores la quisieron esconder, nosotros la enfrentamos y hoy está en un camino descendente», aseguró.
Al hablar de inseguridad, el jefe de Estado confirmó que su gobierno buscará bajar la edad de imputabilidad de los menores al afirmar que «si queremos resolver la inseguridad tenemos que dar un debate serio sobre el sistema penal juvenil«. También se refirió al «combate» del narcotráfico.
También cuestionó que no se haya producido la reforma electoral que impulsó el gobierno para garantizar el voto electrónico en estas elecciones. «Es una vergüenza que en el siglo XXI sigamos votando con el sistema arcaico», dijo molesto por una de las derrotas que tuvo el oficialismo en 2016 en el recinto.
Macri cerró su discurso bajo la afirmación de que el «cambio es posible» y que el desafío del Siglo XXI es «integrar a la Argentina al mundo». Me dijeron ‘no aflojes, Mauricio'», contó que le dijeron sobre el final. El oficialismo cerró el acto con cánticos de «sí se puede».