Los ataques con bombas colocadas al costado de carreteras aumentaron un 240% durante el mismo período. El apoyo a los insurgentes afganos aumentó de 33 distritos afganos a 48 desde el mes pasado.
La revelación más significativa contenida en el estudio es que el general Stanley A. McChrystal, comandante de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, por sus siglas en inglés) en Afganistán, ahora reconoce oficialmente que los insurgentes del Talibán dominan una vasta zona, densamente poblada.
McChrystal considera que esa sureña región es la más crucial del país.
Se trata de una zona contigua a aquella donde el Talibán ejerce su poder político, y se extiende por 13 provincias, desde la occidental Farah, pasando por las meridionales Helmand y Kandahar hacia las orientales Wardak, Logar, Paktia y Khost.
El alcance del poder político del Talibán en el sur afgano, que hasta ahora no había sido reconocido por la ISAF –integrada por efectivos de Estados Unidos y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)–, está documentado en un mapa que muestra una “evaluación general de distritos clave” al 18 de marzo.
El mapa exhibe por primera vez la ubicación y el estatus político y de seguridad de 121 distritos elegidos el año pasado por personal de la ISAF como los más importantes para una estrategia de debilitamiento del Talibán.
La zona contigua al Talibán incluye –pero no se limita a– 58 de los 121 distritos clave, siete de los cuales tienen poblaciones evaluadas como “partidarias” del movimiento extremista, 25 con poblaciones que “simpatizan” con él y 21 “neutrales”.
Sin embargo, el grado de dominio político del Talibán en el sur se ve oscurecido en parte por un esfuerzo obvio de retratar las actitudes de la población en las provincias de Helmand y Kandahar de un modo más favorable al que reflejan los informes desde esos lugares.
Ocho de los distritos “neutrales” que muestra el mapa están en Helmand, donde en el pasado se admitió que la población simpatizaba ampliamente con el Talibán.
Los distritos de Nad Ali, Naw Zad, Lashkar Gah y Sangin son señalados como “neutrales”.
Pero se ha documentado en abundancia que las poblaciones de esas zonas dedicadas al cultivo de adormidera se volvieron contra el gobierno y las fuerzas extranjeras tras los esfuerzos de erradicación del opio, y por el comportamiento abusivo de la policía asociada a los señores de la guerra locales.
Aparentemente, el equipo de McChrystal definió como “neutrales” a distritos donde las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN llevaron a cabo operaciones que buscaban expulsar al Talibán y cuyos puntos de vista político se intenta cambiar ahora.
Sin embargo, un funcionario de la ISAF familiarizado con la evaluación sobre la cual el comando basaba sus planes dijo en enero a IPS: “Tenemos un sistema de 80 distritos donde la influencia del Talibán es la más fuerte, donde la gente apoya al Talibán por la razón que sea”.
Esos 80 distritos pro-Talibán coinciden con los definidos en el nuevo informe del Pentágono como “áreas de control de (y apoyo a partir del cual) brinda una marcada ventaja ya sea al gobierno de Afganistán o a los insurgentes”.
El funcionario de la ISAF también dijo que “alrededor de la cuarta parte” de esos distritos estarían en la “zona de seguridad contigua” que la fuerza conjunta planea establecer este año en Helmand y Kandahar.
Si se entiende que los distritos etiquetados en el mapa como “neutrales” también son pro-Talibán, las tres categorías forman una cadena casi continua de territorio con poblaciones que se inclinan hacia el Talibán en el sur pashtún.
El hecho de que el informe del Pentágono evidencie esa zona de control político es consistente con una evaluación de las Fuerzas Afganas de Seguridad Nacional del 23 de abril de 2009, sobre la cual informó en agosto la cadena británica BBC.
Aunque en ese momento McChrystal pareció rechazar la idea de que el Talibán tuviera un amplio apoyo político, un plan para realizar una “campaña integrada” concluyó que “organizaciones clave se han vuelto nostálgicas de la seguridad y la justicia que les brindaba el régimen del Talibán”, que dominó el país entre 1996 y 2001.
El anuncio formulado a inicios de este año por McChrystal sobre la creación de la “zona de seguridad contigua” puede haber sido una respuesta al reconocimiento del dominio del Talibán.
Sin embargo, ahora ese objetivo parece estar mucho más allá del alcance de las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN.