Desde la detención de Milagro Sala hasta la negación de la cifra de desaparecidos y la vuelta de Aldo Rico, el 2016 mostró a las claras los cambios negativos de un área sensible.
02 de diciembre 2016
1 – Detención de Milagro Sala. El 16 de enero, la diputada de Parlasur y líder de la Tupac Amarú, Milagro Sala, quedó detenida mientras reclamaba la continuidad de las cooperativas de trabajo tras la asunción de Gerardo Morales. Desde hace 10 meses permanece detenida en la prisión de Alto Comedero, donde inició dos huelgas de hambre y denunció maltratos. Esta semana, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, exigió que sea «liberada de inmediato» y manifestó su preocupación por su situación.
2 – Poner en duda la cifra de los 30 mil desaparecidos. A comienzos de 2016, durante una charla en Pinamar, el entonces ministro de Cultura porteño y actual director del Teatro Colón, Darío Lopérfido, aseguró que «no hubo 30 mil desaparecidos» durante la última dictadura militar y que esa cifra «se arregló en una mesa para conseguir subsidios». La declaración, que consiguió el rápido repudio de los organismos de derechos humanos, no se agotó en el funcionario: durante una entrevista con el sitio Buzzfeed en español, el presidente Mauricio Macri dijo «no tener idea si fueron 9 mil o 30 mil» los desaparecidos.
3 – Garavano con Pando, Avruj con familiares de represores. El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, abrió las puertas de su oficina a familiares de militares condenados por delitos de lesa humanidad. El encuentro, que se produjo en enero, estuvo encabezado por Victoria Villarruel, abogada y presidenta de Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Vìctimas (CELTYV), un organismo que milita por la prisión domiciliaria de los genocidas. En mayo, el ministro de Justicia Germán Garavano debió explicar públicamente por qué había recibido a Cecilia Pando, defensora – como Villarruel – de los militares condenados: «Recibo a todo el mundo, esa es la postura». La charla entre el funcionario y la defensora de represores fue de carácter «humanitario», según palabras de la propia Pando. «Nuestra preocupación es el tema de las irregularidades en cuanto a los juicios a los militares», señaló cuando Página/12 le preguntó las razones del encuentro.
4 – Recorte presupuestario en Derechos Humanos y CIDH: el Gobierno resolvió recortar un 12 % del presupuesto para DD.HH afectando áreas claves como Promoción y Defensa de los DD.HH., fortalecimiento de procesos judiciales contra delitos de lesa humanidad y formación universitaria en DD.HH. No fue todo. Desde la asunción de Macri, la Corte Interamericana de Derechos Humanos – que se sostiene con los aportes voluntarios de los Estados miembros y recibe anualmente el 6 % del presupuesto de la Organización de Estados Americanos (OEA), pasó de percibir 60 mil a 40 mil dólares anuales del Estado argentino.
5 – Demoras y obstáculos en los juicios de lesa humanidad. Según un informe de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad publicado por El Destape a comienzos de agosto, durante el primer semestre de 2016 los juicios por delitos de lesa humanidad fueron demorados: de acuerdo al trabajo sólo se dictaron nueve sentencias. «Menos del 30 por ciento de los condenados tiene sentencia firme y sólo 9 de 112 causas elevadas a juicio tiene fecha de inicio de debate», señaló la entidad.
6 – El Estado dejó de ser querellante. Por expresa decisión del secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, el Estado se retiró en agosto como querellante de la causa donde se investiga el secuestro del banquero Eduardo Saiegh, una investigación que apunta directamente a la complicidad civil en dictadura. Saiegh fue secuestrado por un grupo de tareas de la Policía Federal que respondía a funcionarios del Banco Central.
7 – Gatillo fácil y accionar policial. Según datos de la Coordinadora contra la represión policial e institucional (CORREPI), en diez meses de gestión de Macri hubo 259 casos de gatillo fácil y muertes en lugares de detención (cárceles o comisarías) del Estado. Según el organismo que conduce María del Carmen Verdú, el número representa un 5 % de la totalidad de los casos que CORREPI registra desde el regreso de la democracia. De acuerdo a la misma fuente, de los 259 casos, sólo el 46 % fue por gatillo fácil; 39 % por detenciones y 9 % intrafuerza. Se calcula que de los 481 femicidios que se produjeron en todo el país, 291 fueron cometidos por uniformados.
8- La vuelta de Aldo Rico y militares golpistas en los actos patrios. El ex carapintada reapareció el 9 de julio durante un desfile militar sobre Avenida del Libertador por el Bicentenario de la Independencia. Rico, que participó de sublevaciones para rechazar los juicios a militares, no estuvo solo: durante el acto, además de Cecilia Pando, se lo vio a Emilio Nani, conocido defensor de represores que llegó a decir que «los derechos humanos en nuestro país siempre estuvieron en manos de terroristas». Un día después del desfile, una fuente del Ministerio de Defensa citada por el diario La Nación se desligó de cualquier explicación: «El tema de los veteranos de Malvinas no lo organizamos nosotros; corrió por cuenta de los centros de veteranos. No sabíamos quiénes iban a pasar. Nos llamó la atención que se haya metido Rico», aseguró. «Estamos sorprendidos, pero igualmente no empaña todo lo bueno que pasó en el festejo».
9 – Represión de protestas sociales. El gobierno de Macri debutó con una fuerte represión a trabajadores de Cresta Roja que realizaban una protesta sobre la Autopista Ricchieri en reclamo de sus puestos de trabajo. Se estima que doce empleados resultaron heridos (uno de gravedad) durante la jornada del 22 de diciembre de 2015.
10 – Nazis en la Casa Rosada. En julio de este año, representantes del partido neonazi Bandera Vecinal que conduce Alejandro Biondini participaron en Casa Rosada de un encuentro con jóvenes políticos. La organización, a cargo del subsecretario de Juventud, Pedro Robledo, desconocía la procedencia ideológica de la organización.