Roque Caravedo.-
Murió Fidel. Mientras unos lloran, otros ríen. Sentirse triste por la muerte de un ser querido es de humano. Bailar por ello es perverso y despiadado.
Los países de Latinoamérica se independizaron poco a poco de los conquistadores europeos hace ya dos siglos, pero inmediatamente empezaron a ser una colonia de EE.UU. Mientras Fidel luchó por dejar de serlo, muchas naciones aún se rigen por las instrucciones que les llegan desde el norte. No se puede festejar la independencia de los conquistadores y criticar porque Fidel luchó por tener una Cuba independiente de EE.UU.
Lo fácil para Fidel hubiese sido aceptar las reglas dictadas por Washington. Lo difícil, caminar emancipado y salir adelante instando al pueblo a unirse como nación. Pocos son los que tienen en cuenta que cuando Fidel llegó al poder lo primero que hizo fue recuperar las riquezas de Cuba con el fin de ponerlas al servicio de su pueblo. Las medidas implementadas en la isla afectaron los intereses de los grandes monopolios estadounidenses, que durante décadas saquearon a esta nación. El sueño cubano de ser independientes derivó en la pesadilla del inhumano bloqueo.
La isla vive aislada no precisamente porque Fidel así lo quiso, sino porque el embargo impuesto por EE.UU. le cierra todo camino para triunfar. Hay que tener muchos valores y orgullo —como el de Fidel y gran parte del pueblo cubano— para no tambalearse y entregar un país por unos cuantos centavos. «Resistiremos a sus leyes», decía el líder revolucionario. «[El embargo] pasará a la historia como un gran crimen, como un intento de matar de hambre y enfermedad a todo un pueblo. Eso la historia no lo perdona«, subrayaba. Si bien a lo largo de la historia Fidel ha sido fuertemente criticado por sus opositores por llevar su país a la miseria y a parte de sus ciudadanos al exilio, eso no minimiza sus enormes esfuerzos de haber luchado contra un imperio, siempre en aras de su pueblo. «Patria o muerte», justificaba.
En la actualidad varios países europeos exigen a EE.UU. levantar el bloqueo. Obama abrió el camino para ello. Trump puede que le ponga punto final. De ser así Cuba empezará una nueva época.