Empeñados en lograr la legalización, los fumadores de marihuana en EEUU encendieron cigarrillos de esa hierba en parques públicos, afuera de Congresos estatales y frente a una tienda e invernadero de marihuana, para conmemorar lo que han acordado como el día del consumo de esa sustancia en territorio norteamericano.
La manifestación masiva de desobediencia civil, que surge de la cifra «420», un mensaje interno sobre consumo de cannabis, cuyo número coincide con esta fecha.
Los participantes desde Nueva Hampshire hasta California hablaron sobre la creciente aceptación comercial y política de la marihuana mientras emitían grandes nubes de humo de la hierba quemada, a menudo bajo la mirada de las autoridades que durante gran parte del día dejaron que continuara el festejo.
Una manifestación de todo el día en el Parque del Centro Cívico de Denver atrajo a miles de personas, igual que el festejo de fumar públicamente la hierba en la Universidad de Colorado en Boulder, a pesar de las críticas de los directivos de ese centro universitario.
Los legisladores de Colorado conmemoraron por una coincidencia esta fecha, al respaldar una nueva regulación para dispensarios que venden marihuana con fines médicos.
En Nueva Hampshire, unas 100 personas se manifestaron en la capital estatal de Concord en la víspera de la votación del Senado para legalizar el consumo de pequeñas cantidades de hierba.
Algunos incluso encendieron cigarrillos de marihuana y mientras policías estatales los observaban dentro de la asamblea estatal.
En California, donde los electores considerarán en noviembre si se debe cobrar un impuesto a la venta de marihuana con fines recreativos, una tienda de equipos de cultivo de la hierba en Oakland tuvo un buen comienzo, al patrocinar un festival de protesta con marihuana el lunes.
Las mismas autoridades que se dan el lujo de señalar a otros países como productores y consumidores empedernidos de sustancias estupefacientes, se quedaron atónitos ante la impresionante capacidad de convocatoria de la marihuana.