Basem y Laila Tajeldine
La batalla contra el terrorismo financiado por la OTAN y sus aliados está llegando a su fin en Siria e Irak.
Luego del avance de las tropas sirias en Alepo, Idlib y Homs, gracias a la intensificación de los bombardeos de las fuerzas aeroespaciales rusa que fueron posible tras la llegada del temido portaviones Almirante Kuznetzov, la entrada en escena de los cruceros modernizados Tu-95MCM y el lanzamiento de misiles de crucero Х-101, todos los estrategas militares advierten la pronta victoria de la verdadera coalición antiterrorista liderizada por Rusia, Irán y Siria. El fin de la guerra se encuentra a la vuelta de la esquina.
Últimas noticias señalan que importantes cabecillas terroristas del Daesh y Fatah Al Sham (Al-Qaeda) han sido abatidos luego de los bombardeos rusos, y que el ejército sirio avanza rápidamente preparándose para retomar la capital del Daesh en Raqa. Ante la previsible derrota de los terroristas en Siria, algunos voceros de los países responsables de financiarlos e introducirlos en el país árabe, han salido al público para advertir sobre sus miedos.
Más recientemente, el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, no ocultó sus temores cuando en entrevista para el diario británico «The Guardian» del pasado 19 de noviembre, reconoció que la victoria militar del Ejército sirio «aumentaría el riesgo del terrorismo en el continente europeo». En la misma entrevista, Mistura admitió, también, que la ONU se encuentra «negociando la salida de unos 900 terroristas del Frente Fath Al-Sham (sucursal de Al-Qaeda en Siria) del este de la ciudad de Alepo y el cese del cerco impuesto por el Ejército sirio». Todo un trauma para occidente.
La desfachatez de los representantes de la ONU ha llegada a un límite inimaginable, apenas hace unos días propusieron al gobierno sirio crear un gobierno autónomo en la zona oriental de Alepo para ser entregado a los grupos terroristas de Daesh.
El mundo debería comenzar a recriminar a la autodenominada «Comunidad Internacional», y en especial a la OTAN ¿Por qué no es motivo de alegría la derrota del Daesh y el resto de los grupos terroristas? ¿Por qué insiste en negociar la rendición de los terroristas que nunca tuvieron piedad cuando el mundo se ha consternado por los asesinatos que comenten con particular sadismo y brutalidad? ¿Por qué las cientos de miles de personas inocentes muertas durante la guerra terrorista en Siria no indignan a los «civilizados» de la OTAN? ¿Estará admitiendo el vocero Mistura el dolor de la OTAN por la derrota de sus demonios? ¿Será que no desean que sus demonios regresen a sus países de origen por temor a que se vuelvan contra sus creadores, así como Frankenstein? ¿Será porque de regresar los terroristas a Europa, ya nadie podrá ocultar la verdad sobre quiénes crearon a esos demonios? ¿Será porque si logran vencer Rusia y Siria, la coalición liderizada por la OTAN quedaría desacreditada ante la opinión pública mundial?
Cabe destacar que las declaraciones de los representantes de la ONU tienen lugar tras el éxito de los ataques combinados de las fuerzas rusas y sirias sobre las posiciones de los mal llamados, por los medios occidentales, «rebeldes moderados».
Es hora que la OTAN se quite la careta, reconozca y responda por el horror y el sufrimiento que ha provocado a todos los pueblos árabes y no árabes de la región, buscando destruirlos para apoderarse de sus recursos. Pero también que los pueblos del mundo reconozcan los enormes sacrificios que han hecho tanto los rusos, como los sirios, libaneses e iraníes en el combate de una de las plagas más temibles creada por Occidente, el terrorismo.
Hoy podemos afirmar con toda propiedad que el Gobierno de Siria junto con la coalición aliada, ante la inminente victoria en el territorio Árabe, se han convertido en los sujetos internacionales que realmente han desarrollado la capacidad necesaria para enfrentar el terrorismo internacional.