22 nov. 2016 – El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, ha anunciado que cuando asuma la Presidencia, en enero próximo, aplicará una serie de medidas vitales para el país, como la posible salida de la nación norteamericana del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP).
Trump, que durante su campaña electoral ya se había mostrado contrario al TPP, considera que este acuerdo es un «desastre potencial» para su nación, por lo que negociará tratados comerciales bilaterales «justos» que generen empleos e industria en EE.UU.
El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica es un pacto comercial que incluye la abolición de barreras arancelarias entre los países firmantes. Este tratado fue activamente promovido por el actual presidente, Barack Obama, y en febrero pasado fue acordado por los 12 países miembros, entre ellos EE.UU., Canadá, Australia, Japón, México, Perú y Chile. Además, el TPP no ha sido ratificado por el Congreso estadounidense debido a la oposición del bloque republicano.
Producción de hidrocarburos
Otra de las medidas anunciadas este lunes por Trump es el levantamiento de las restricciones «que destruyen puestos de trabajo en el sector energético» estadounidense, en particular las que afectan a la producción de hidrocarburos en la plataforma marítima y a la extracción de carbón. Estas disposiciones crearán «millones de empleos bien remunerados» en el país, dijo el nuevo mandatario norteamericano.
Inmigración
«En cuanto a la inmigración, voy a dar indicaciones al Departamento de Trabajo para que investigue todas las infracciones de programas de visas que socavan las oportunidades de los trabajadores estadounidenses», adelantó el jefe electo de la Casa Blanca.
Trump ya había anunciado su intención de deportar del país a los inmigrantes con antecedentes penales, y durante su campaña se comprometió a aplicar mano dura contra la inmigración ilegal.
Protección contra ataques cibernéticos
El presidente electo además anunció que cuando asuma la Presidencia pedirá al Pentágono y los jefes militares desarrollar un plan para «proteger la infraestructura EE.UU. de ataques cibernéticos y toda forma de ataques».
Lucha contra el ‘lobby’
El paquete de medidas para aplicar desde el primer día de gobierno también incluye un plan para limitar la influencia de grupos de presión en el país. Esta iniciativa contempla la prohibición de cinco años a exfuncionarios oficiales para que hagan ‘lobby’ después de dejar sus cargos. Además anunció una «prohibición de por vida para todos los funcionarios de la rama ejecutiva a realizar cabildeo en intereses de gobiernos extranjeros».