Alejandro López de Miguel
Público

Un informe elaborado por Los Verdes en la Eurocámara al que Público ha accedido en exclusiva en España cifra en 923 millones el importe eludido y explica algunas de las artimañas de la multinacional en Bélgica, Holanda, Malta y Suiza. «Usa trucos como hacer préstamos entre empresas del mismo grupo», explica el eurodiputado Ernest Urtasun.

Instalaciones del gigante químico alemán en Texas. BASF

MADRID.- No cruza la línea de la ilegalidad con estas técnicas, pero se ahorra cientos de millones de euros en el pago de impuestos gracias a la ingeniería fiscal. El gigante químico alemán BASF eludió pagar cerca de 923 millones de euros entre los años fiscales2010 y 2014, valiéndose de «agresivas técnicas de planificación fiscal», según estima un nuevo estudio que verá la luz este lunes.

Público ha accedido en exclusiva en España al informe Acuerdos fiscales tóxicos: cuando los esquemas fiscales de BASF tienen más estilo que sustancia, elaborado por el investigadorMarc Auerbach -profesor en la Ohio State University- para el grupo de Los Verdes/ Alianza Libre Europea en la Eurocámara. Recopila algunas de las estratagemas de esta multinacional en cuatro países europeos para pagar menos impuestos.

 A través de balances de empresa y otros datos públicos de distintas autoridades fiscales, y aunque advierte que la «opacidad» de esta multinacional imposibilita dar cifras definitivas o calcular una cantidad global, el también autor del Informe Ikea pone el foco sobre los distintos préstamos entre filiales y las ventajas fiscales a las que BASF ha podido acogerse en Bélgica, Malta, Suiza, y Holanda.

«Usa trucos como hacer créditos entre empresas del mismo grupo y patent boxes« -régimen fiscal que permite a las corporaciones desgravarse millones por permitir el uso de sus patentes-, explica a este medioErnest Urtasun, eurodiputado de ICV, dentro del grupo de Los Verdes. «Cada país tienen un impuesto de sociedades que fija unos tipos, hay determinados países de la UE donde se permite que el pago por el impuesto de sociedades sea mucho más pequeño, y en algunos incluso se permite que no se pague. Estos grandes grupos trasladan beneficios de unas filiales a otras para no pagar lo que deben, o los llevan a países donde no pagarían», apunta Urtasun.

Un ejemplo de la realidad que denuncia el eurodiputado se encuentra en el caso deHolanda. Según el informe, y calculando a la baja, la multinacional se ahorró cerca de 323 millones de euros empleando distintos mecanismos, también entre los años fiscales 2010 y 2014. A través de su mayor holding en este país -BASF Nederland BV- el grupo se habría beneficiado de una tasa fiscal efectiva del 0.035%.

Esquema de filiales y entidades asociadas a BASF Nederland BV, incluido en el informe

Por no hablar del tipo del 5% aplicable a la propiedad intelectual al que se acoge en el mismo país, donde cuenta con otras 22 filiales con cero empleados, y en el que sus holdings cobran dividendos de filiales de todo el mundo completamente libres de impuestos,frente al 5% que tendrían que pagar de hacerlo en Alemania.

En Malta, el grupo cuenta con una filial alemana con 5.000 millones de euros en activos que realiza préstamos a otras filiales repartidas por distintos rincones del Globo. También se beneficia del «régimen fiscal preferencial» de este país: el pago de dividendos a una matriz extranjera de esa filial en Malta paga entre una sexta y una séptima parte del régimen ordinario en Malta.

Y, mientras que en Bélgica cuenta con al menos cuatro tax rulings -acuerdos fiscales hechos a medida-, otras dos filiales de la división de productos agrícolas de la corporación -BASF Crop Protection Division- registraron «altos beneficios» y pagaron «bajos impuestos» entre 2010 y 2014, gracias a los beneficios fiscales y los incentivos de ambos países. Por ello el grupo se habría ahorrado el pago de otros 360 millones de euros.

El informe en cuestión verá la luz este mismo lunes, tras ser difundido por Público, Le Monde -Francia-, The Guardian -Reino Unido- o Süddeustche Zeitung -Alemania. Por su parte, desde las oficinas de BASF en España aseguran que la multinacional «pone gran énfasis en el estricto cumplimiento de las leyes fiscales. En todos los países donde opera, BASF paga impuestos de acuerdo a las leyes y regulaciones locales», apuntan.

En su respuesta, el gigante químico rechaza entrar a valorar «aspectos concretos» del informe, que reconoce «aparentemente muy detallado» pero no «completamente actualizado». «No diferencia entre los negocios independientes de BASF, el valor local generado» y las razones por las que se establecen impuestos bajos, apunta. «Parece más bien que desprecia la soberanía de cada país para estimular la inversión con regímenes fiscales favorables», apostilla la multinacional en su respuesta.

Más de 10 millones de euros para presionar al Congreso de EEUU

El texto de Auerbach acusa a BASF de ejercer como grupo de presión para frustar distintas reformas del sistema fiscal internacional. Asegura que desde 2010 el gigante químico hainvertido 2.2 millones de dólares anuales (1.98 millones de euros) en acciones de presión en el Congreso de EEUU.

Recientemente, en el Bundestag alemán, la multinacional se mostró contraria al planteamiento de la Comisión Europea de forzar a las empresas a revelar sus cuentas país por país para pelear contra la elusión. “BASF ha sido un portavoz de la oposición contra los esfuerzos de la OCDE y la Comisión para luchar contra la transferencia de beneficios y la elusión fiscal», sentencia el documento.

En la documentación examinada por este diario el grupo de Los Verdes afirma que eligieron a BASF por ser la mayor compañía del sector químico, y sostiene que su objetivo no es “avergonzar” a esta empresa, sino “ilustrar los desajustes y lagunas en las leyes fiscales europeas y nacionales, que prácticamente garantizan que las multinacionales adoptarán agresivas estrategias de elusión fiscal”.

«El objetivo final es demostrar que las compañías europeas, no sólo las de EEUU, están usando paraísos fiscales para reducir su contribución», apunta Urtasun. Explica que el documento se encuadra en la serie de publicaciones dentro de la Campaña por la Justicia Fiscal que desarrolla su grupo en el Europarlamento, y advierte que “pronto” publicarán unnuevo documento sobre otra “conocida” empresa del Viejo Continente.

Las dimensiones del gigante

Según los datos de 2015 incluidos en este estudio, la multinacional contaba con 112.000 empleados entonces -52.987 sólo en Alemania- para desempeñar actividades en más de 80 países. La empresa matriz es BASF SE, basada en Alemania, y en su cuartel general en Ludwishafen trabajan cada día en torno a 39.000 personas.

El abanico de bienes producidos por BASF es muy amplio, y cubre desde distintos plásticos hasta químicos utilizados en sectores como el de la nutrición, farmacia, cosméticos e incluso materiales de construcción o vehículos a motor. Como ejemplo, sólo en el terreno de los pesticidas el grupo registró ventas por valor de 5.800 millones de euros en 2015, mientras que en el sector del petróleo y el gas la cifra se disparó hasta los 13.000 millones de euros en el mismo periodo.

Urtasun: «Bruselas debe ser más ambiciosa con las reformas»

El momento fijado para la publicación de este informe llega unas horas antes de una nueva reunión del Ecofin -reunión de los ministros de Economía y Hacienda de los 28- para abordar las nuevas propuestas de la Comisión para luchar contra la elusión fiscal (Directiva Contra la Elusión fiscal, ATAD por sus siglas en inglés).

En este sentido, Urtasun reconoce los avances del Ejecutivo comunitario, pero asegura que Bruselas «debe ser más ambiciosa con las reformas». Según los cálculos de su grupo parlamentario, incluso aunque todas las propuestas que la Comisión ha puesto sobre la mesa entraran en vigor, BASF podría seguir eludiendo cerca de 347 millones de euros.

Para acabar con esta situación, el documento elaborado por Auerbach recomienda aumentar la transparencia y forzar la presentación de informes empresariales país por país, para que estas empresas paguen impuestos donde generan beneficios, y exige implementar una Base Imponible Común Consolidada del Impuesto sobre Sociedades. También rechaza la concepción de que las multinacionales «son grupos de entidades independientes, en lugar de organizaciones altamente integradas e interdependientes».