El Mostrador
18-07-16.- Santiago.- Resulta increíble que la Cancillería aún no tenga conocimiento de las implicancias que tendría en el país, tanto económico, político y comercial, el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), el cual fue suscrito por Chile y que tiene que ser ratificado por el Congreso Nacional.
Así se deja ver en un informe de 27 páginas, titulado “TPP: impacto en Chile y la región”, elaborado por la Dirección General de Relaciones Internacionales de la Cancillería (Direcon) y enviado al diputado Girgio Jackson.
El estudio fue una respuesta a varios oficios que Jackson pidió y en los que solicitaba información sobre el acuerdo, siendo despachado “por especial encargo del ministro de RR.EE., Heraldo Muñoz” y desarrollado por Jaime Ensignia, de la Fundación Chile 21.
Según consigna La Tercera, la suscripción del TPP contempla un nuevo marco arancelario de libre comercio con 11 países entre los que se encuentran Estados Unidos, México, Perú, Japón, Singapur y Australia, e involucrando a industrias como la farmacéutica y agraria como también contemplando nuevas regulaciones sobre patentes y derechos de autor.
El documento elaborado por la Cancillería contiene aspectos críticos sobre el acuerdo, especialmente respecto al hermetismo en el que se llevaron a cabo las negociaciones.
“Ha existido una crítica profunda en relación al sigilo de las negociaciones y al secretismo con que estas se han llevado a cabo”, señala el informe y que va más allá del espacio de información que abrió el gobierno llamado “Cuarto Adjunto”.
El texto sostiene que “en este contexto, aún no podremos referirnos acuciosa y seriamente a lo que gana Chile y cuáles podrían ser los déficit en cuanto al cierre de estas negociaciones, puesto que no contamos con la información necesaria como para realizar este balance”.
Además, se profundiza en lo que es calificado como “terreno perdido” en la construcción de confianzas frente al tratado, ya que “la apertura del debate a la sociedad civil aparece como tardía frente a los años de reclamos por información y transparencia. Esto ha deteriorado las confianzas entre los actores interesados. ¿Cómo recuperar terreno perdido? ¿Es posible que el debate en el Congreso sea una oportunidad en este sentido?”.
También se reconoce la preocupación de algunos legisladores sobre el tema, indicando que “conversaciones informales con senadores y senadoras permiten inferir cierta inquietud por la falta de información respecto a los contenidos del TPP”.
En ese mismo sentido advierte que “aunque procesos participativos implican esfuerzos en términos de recursos y tiempo, el clima político del país sugiere que resulta importante intentarlo”.
El documento también aborda una “pérdida de presencia” de Chile en América Latina, llamando a insertarse en la región.
Sobre lo mismo, también previene de los riesgos que tendría la suscripción del tratado para la situación regional del país, llamando a “evitar que Argentina y Brasil, estratégicos y aliados naturales para Chile, vean la incorporación de nuestro país al TPP como un problema geopolítico ajeno a los intereses de ellos y del proceso de integración regional en América del Sur”.
Este punto se profundiza al indicar que la ratificación del acuerdo “podría llegar a tener efectos políticos, económicos y comerciales controversiales en los procesos de integración regional en curso en América del Sur”.
El documento resalta el hecho que tanto Brasil como Argentina pertenecen al Mercosur, pacto cuyos integrantes, al igual que los socios de Unasur, están tomando distancia del TPP.
El informe también contempla las críticas que han hecho organizaciones civiles frente a las “reglas en la propiedad industrial farmacéutica que amenaza subir los precios de los medicamentos” y eventuales “actos de censura” en internet bajo la protección del derecho de autor que está incluido en el TPP y que “ha generado alarma en los relatores de derechos humanos de las Naciones Unidas y de la OEA”.