La periodista Eva Golinger (venezolana-norteamericana) en repetidas oportunidades ha cuestionado las sospechosas circunstancias que rodean la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez Frías. El portal www.aporrea.org cita su declaración en La muerte de Chávez cumplió los objetivos de Washington
 «Todo lo que Washington trató de lograr durante el gobierno de Hugo Chávez, está siendo logrado actualmente durante su ausencia. La dolencia cancerosa que sufrió Chávez, fue extraordinariamente agresiva y sospechosa y permanentemente surgen nuevas evidencias en el sentido que Chávez posiblemente fue asesinado.»

Los primeros síntomas de cáncer en Chávez fueron detectados en el mes de mayo del 2011. En el mes de junio fue sometido a dos operaciones quirúrgicas en un centro especializado de La Habana. Los cirujanos cubanos encontraron y extrajeron un tumor maligno que había hecho metástasis con siniestra persistencia a pesar de todas las medidas preventivas tomadas. Se necesitó de nuevas operaciones. Este hombre atlético, que estaba pleno de energía y físicamente robusto, falleció el día 5 de marzo del 2013 a la edad de 58 años.

Abundando sobre el tema, Eva Golinger escribe que «Resulta suficiente saber que un hombre que estuvo durante varios años como uno de sus más íntimos ayudantes, que a menudo estaba a solas con él, que le traía sus comidas café y agua, es actualmente un testigo protegido en Estados Unidos, Pronto las acciones encubiertas de Leamsy Salazar y su estrecha colaboración con servicios de inteligencia en Washington serán reveladas.»

El nombre del custodio jefe de Hugo Chávez fue rara vez mencionado en los medios cuando el presidente estaba vivo. Debido al carácter de su trabajo, Leamsy Villafaña Salazar rehuía la publicidad, no le gustaba ser fotografiado y trataba de mantenerse en el anonimato. Chávez lo consideraba como un funcionario Bolivariano confiable, incorruptible y profesionalmente formado. Es precisamente así como el presidente lo describió durante un programa televisivo acerca del intento de golpe de estado pro norteamericano de abril del 2002.

Los conspiradores lograron deponer a Chávez durante tres días pero con el apoyo del pueblo y el ejército él regresó triunfalmente al palacio presidencial de Miraflores. Desde el techo del palacio Chávez fue bienvenido por los militares entre los cuales Salazar era claramente visible victorioso ondeando una bandera venezolana. Esta imagen se convirtió en el símbolo de la victoria sobre la contrarrevolución.

Aunque parezca mentira, poco se sabe sobre Salazar, principalmente de parte de las reservadas fuentes norteamericanas. Salazar nació el año 1974 en el seno de una familia numerosa en la barriada distrital de Petare de la capital venezolana. Luego de la escuela secundaria ingresó a la Academia Naval graduándose el año 1998. Fue solo un alumno regular, ocupó el lugar 27º entre los 55 alumnos de su clase. No obstante, en el año 1999 fue escogido para la guardia de honor presidencial. Tito Rincón Bravo, ministro de la defensa en Venezuela y padre de la primera esposa de Leamsy, jugó un papel importante en su nombramiento. Salazar se convirtió en el asistente personal de Chávez. Ese cargo vino con una muy intensa carga de trabajo debido al frenético ritmo de la vida del presidente.

Luego de los acontecimientos del año 2002 de manera inesperada Salazar fue enviado a una base naval en el interior –Punto Fijo en el Estado Falcón—pero en el año 2006 Chávez ordenó el regreso de Salazar a sus antiguas obligaciones en el aparato de seguridad.

Con posterioridad al fallecimiento de Chávez, Salazar prestó custodia para el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. Pero, algunas rarezas en el comportamiento de Salazar, inquietaron a Cabello. En esa época el debate todavía estaba en su apogeo sobre las causas en torno a la muerte de Chávez y de la gente que pudo haber estado involucrada, de manera que Cabello eventualmente pidió al ministro de la defensa trasladar a Salazar hacia otro cargo. En algún momento durante este período Salazar se casó de nuevo. Su nueva esposa, Anabel Linares Leal, graduada de la escuela militar quien recibió la espada de oficial de las propias manos de Chávez. Durante un tiempo Anabel trabajó con los estados financieros de las Fuerzas Armadas de Venezuela en el Banco Bicentenario, lo cual significa que ella tenía acceso a información secreta acerca de la adquisición de armas en el exterior. Los recién casados solicitaron permiso para viajar a la República Dominicana en su luna de miel. El permiso les fue concedido y prontamente la pareja estaba en Santo Domingo, pero desde ahí volaron hacia España. Un avión especial, perteneciente a la DEA trasladó a Salazar y a su familia desde España hacia Estados Unidos.

Es así como Emili J. Blasco corresponsal en Washington para el periódico español ABC quien a menudo ha servido como portavoz propagandístico para los servicios de inteligencia de Estados Unidos, describió la fuga de Salazar. Blasco señaló que en España los norteamericanos sometieron a la pareja Salazar a largos interrogatorios con el objeto de determinar las «verdaderas razones para su ruptura con el régimen».

Las historias sobre Salazar en los medios internacionales que resultaron ser de tono similar y que obviamente provenían de las mismas fuentes, hacen hincapié que mientras Chávez estaba vivo, Salazar había sido un «bolivariano convencido» pero que después de su muerte Salazar había decidido romper con el régimen. Por lo tanto, Salazar habría sostenido negociaciones secretas con la DEA durante 13 meses, no solamente para arreglar su fuga sino también para obtener ciertas promesas respecto de su propia seguridad como también la de su esposa e hijos. Pero la CIA no es mencionada, solo la DEA. La razón de todo esto queda clara –la CIA es una agencia de espionaje y cualquier indicio de vínculos secretos de vieja data con «esta oficina de sicarios» era algo que los protectores de Salazar trataron de evitar, sabiendo que el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, SEBIN de Venezuela, agencia de contrainteligencia, investigaría la historia sobre su participación en el asesinato de Chávez.

Ahora la pareja está viviendo en Estados Unidos bajo protección federal y brindan testimonio sobre una amplia gama de problemas pero principalmente en la «participación» de varias figuras del régimen bolivariano en el tráfico de drogas, incluyendo oficiales militares. Debemos tener presente que hace mucho tiempo antes de la fuga de Salazar, las agencias de inteligencia norteamericanas habían comenzado a filtrar informaciones falsas a través de los medios acerca de la existencia de un denominado «Cartel de los Soles» el cual estaba supuestamente encabezado por Diosdado Cabello y un grupo de generales venezolanos comprometidos con él. Cabello fue comprometido como medida preventiva porque los servicios de inteligencia norteamericanos veían en él al más probable sucesor de Chávez, pero ostentando opiniones anti-norteamericanas más radicales. Inmediatamente, luego de su huida Salazar fue reclutado para esta campaña de difamación contra Cabello. Algunas de las informaciones obtenidas de Salazar (o más bien de sus cultores en la CIA y la DEA) fueron utilizadas por Emili J. Blasco en su libro «El Bumerán Chávez» que fue publicado de manera simultánea en Washington y Madrid en el mes de abril del 2015.

Específicamente Salazar relató cómo había acompañado a Diosdado Cabello en una excursión durante la cual había sido testigo del «involucramiento directo» del líder del parlamento (¡) en el despacho tarde a la noche de lanchas rápidas cargadas de drogas desde la península de Paraguaná, Estado Falcón. ¿Hacia quién iban dirigidas estas drogas y por qué se realizaba esto tan cerca de las islas de Aruba y Curazao donde existen puestos de vigilancia del Pentágono como también estaciones de la CIA y oficinas de la DEA. Salazar no explicó esto. Basándose en el comentario de Blasco uno puede llegar a la conclusión que ¡las lanchas se dirigían hacia Cuba¡ Lo que es más, Salazar alegó que mientras acompañaba a Cabello también tuvo la oportunidad «de ver sus secretas bóvedas blindadas repletas de dólares norteamericanos», «con una montaña sobre otra de billetes empaquetados desde el suelo hasta el cielo raso.» Es así como un capo de la droga pareciera guardar su dinero, como en una película de Hollywood. Según el relato de Salazar –o más bien la cobertura que las agencias de inteligencia norteamericanas elucubraron para él—los problemas planteados por uno de los guardias que se rehusó a participar en las tratativas de la droga fue la gota que colmó el vaso, haciendo que Salazar tomara la decisión de huir: «Ellos amenazaron con liquidar físicamente al hombre.»

Los medios pro norteamericanos hicieron lo imposible por tratar superficialmente las preguntas que inevitablemente se plantean acerca de la participación de Salazar en los preparativos para el asesinato de Chávez. Ellos sostienen que no puede haber ninguna duda en que Salazar de manera honorable sirvió al régimen e idolatró a Chávez hasta que se dio cuenta que aquellos que estaban como sus superiores estaban mezclados en el narcotráfico.

Sin embargo la investigación llevada a cabo por el SEBIN plantea sus dudas acerca de la «rectitud inmaculada» de Salazar. Incluso su madre ha admitido que las labores de Leamsy en la guardia presidencial gravitaban pesadamente en él. Pero él no tenía ningún apuro en distanciarse de Chávez porque el principal empleador de Salazar eran otros y esa gente insistía en que cumpliera estrictamente con sus obligaciones.

Recientes revelaciones en los medios en torno a los vínculos entre el Cartel de los Soles de Venezuela y el Cartel de Sinaloa, han demostrado la imaginación y la energía con que los servicios de inteligencia norteamericanos han fabricado «acuerdos» con el propósito de comprometer a sus enemigos. Presuntamente el mismo «Chapo» Guzmán estuvo en Venezuela los meses de agosto y septiembre del 2015 para discutir algunos proyectos conjuntos. Se ha hecho mención al pasar de sus viajes de «negocios» al país en los años 2009 y 2010 y del cálido carácter de sus relaciones con el general Hugo Carvajal, un estrecho asociado de Diosdado Cabello. Se trata del mismo Carvajal que la DEA trató de secuestrar en la isla de Aruba en el verano del año 2014 –a pesar de su pasaporte diplomático—y despacharlo hacia Estados Unidos como narcotraficante. Funcionarios isleños impidieron que esto sucediera y el general regresó a Venezuela donde fue saludado como un héroe por el Presidente Maduro, Diosdado Cabello y otros dirigentes bolivarianos. Ingenuo sería pensar que la cacería de Carvajal por parte de la DEA ha concluido. Carvajal todavía figura en su «lista de buscados» debido a la evidencia fabricada por los agentes norteamericanos. Esa lista también incluye nombres de otros a quienes la DEA ha identificado como capos del Cartel de los Soles.

Las declaraciones de Salazar difieren de forma aguda con la imagen de patriota honorable que anteriormente había cultivado. Muy reveladoras resultan las aseveraciones de Salazar que Chávez no murió en el mes de marzo del 2013 sino en diciembre del 2012.

Supuestamente, todos los parientes de Chávez participan en esta estratagema como también los miembros del gobierno bolivariano, los líderes de Cuba y la contrainteligencia cubana. Todo esto se llevó a cabo con el objeto de mantener la continuidad de la autoridad del gobierno sirviendo los intereses de las «facciones de Maduro».

De este modo, cada decreto, cada resolución firmada por el presidente después del mes de diciembre podría ser declarada fraudulenta y el gobierno de Maduro, ilegal.

Mientras tanto, el escándalo de los reportajes sobre el «narcotráfico» de los dirigentes venezolanos se torna cada vez más ruidoso. El plan diseñado por la inteligencia norteamericana resulta claramente evidente cuyo objetivo es distraer al público en general del hecho que Salazar es el más probable sospechoso de haber asesinado a Chávez. Los medios bolivarianos identifican a Salazar «Judas» . Las agencias oficiales y (no oficiales) de Venezuela están recolectando evidencias sobre sus actividades delictivas, sus reuniones clandestinas con representantes de la CIA y la DEA y la posibilidad que él entregara a los norteamericanos información acerca del itinerario de los viajes del presidente, y las personas con las cuales él tenía planeado reunirse, como también material biológico que perteneciera a Chávez.

Los norteamericanos están haciendo todo lo posible para impedir estas labores. Por ejemplo, en la ciudad de Madrid, la estación de la CIA ha fabricado toda una crisis alrededor del personal de la oficina del Agregado de la Defensa venezolano, acusándolos de espiar a los miembros de la oposición. Pero por supuesto, el verdadero problema es muy diferente, existe la amenaza de escabrosas revelaciones en torno al asesinato de Chávez. Actualmente resulta difícil decir quién exactamente revelará toda la verdad. Este podría terminar siendo un idealista como Snowden –alguien que considere que linchar a un político de este modo resulta inaceptable. Existe la esperanza que un incentivo material pudiera resultar efectivo: la dirección política venezolana ha decidido ofrecer una recompensa financiera a cambio de cualquier información específica acerca de los individuos que coordinaron y llevaron a cabo el asesinato de Hugo Chávez.

Traducción Sergio Anacona

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